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Aunque la desilusión y tristeza que siento por perder la Copa América es inmensa, en un intento de pasar la página reconozco que nuestra Selección no solo nos dio una gran ilusión, sino que nos deja dos enseñanzas importantes: la grandeza viene del talento y la determinación, y poco tienen que ver las condiciones sociales, y llegamos más lejos cuando estamos unidos.
Davinson Sánchez y James Rodríguez tienen historias de vida comunes entre los colombianos, pero demostraron que salir adelante es posible. Davinson nació en Caloto, Cauca, un lugar en el que la violencia reina. Su familia tenía la dicotomía de tener el sustento para el hogar, o pagar los buses que usaba Davinson para ir a entrenar. James, por su parte, nació en Cúcuta, pero su familia se mudó a Ibagué para superar dificultades económicas. Sin un padre presente, su familia, al igual que la de Davinson, siempre hizo todo lo posible para apoyarlo en cumplir sus sueños.
Hoy, Davinson es el mejor defensa de la Selección y James el mejor jugador de la Copa América. Sus historias reflejan las de muchos futbolistas y las de aproximadamente 7 millones de colombianos que viven en la pobreza, y 15 millones que pertenecen a la clase media. Este ejemplo de superación también lo vemos en millones de empresarios que, sin nacer en una ‘cuna de oro’, han generado riqueza para el país a través de trabajo, esfuerzo y constancia. He ahí la importancia de ayudarle a la gente a salir de la pobreza, más que con subsidios, dejándola trabajar y crear empleo.
Quienes dicen que los nacidos en una familia pobre están destinados a permanecer en la precariedad, y que los ‘ricos’ son los únicos llamados al éxito por las oportunidades que tienen, paradójicamente satanizan los resultados del esfuerzo de millones de empresarios que, emprendiendo desde abajo, se han hecho grandes y aportan a la sociedad. Pareciera que los únicos ‘pobres’ que les sirven son aquellos que quedan “graduados” de pobres toda la vida. Pero la historia de superación de Davinson, James y de la mayoría de nuestra Selección nos demuestra que con sueños, talento y esfuerzo se pueden lograr grandes cosas.
El segundo mensaje que nos deja la Selección es que cuando trabajamos unidos, llegamos lejos. Los colombianos estamos terriblemente polarizados pero si hay algo que nos une es el fútbol. Los jugadores demuestran unidad cuando vemos que, aunque sean rivales en sus equipos, en la Selección son compañeros. Parece absurdo mencionarlo, pero en la política no funciona así. A diario vemos al Presidente Petro atacar a los empresarios. ¿No se supone que estamos del mismo lado, del lado de Colombia?
Es ilógico que se tomen medidas en contra del sector privado cuando es un gran motor de progreso en el país. Tal vez cuando los políticos se den cuenta de esto, dejarán de satanizarlo. Necesitamos premiar el esfuerzo y el trabajo, y sobre todo, necesitamos trabajar unidos. Sigamos el ejemplo de la Selección, y ganaremos mucho más que una Copa América.