.
PROGRAMA: COMMENT LR
ANALISTAS 21/05/2024

Por fin 18, ¿y ahora?

Jerome Sanabria
Estudiante

“¡Por fin 18!” fue lo primero que pensé hace unos días cuando cumplí años. La ilusión de la mayoría de edad por fin se materializaba, y con ello, la llegada de más oportunidades y autonomía, pero también de muchas más responsabilidades y retos, especialmente en un país como Colombia.

Esta columna la escribiré desde el corazón. Cuando era pequeña tenía una cuenta regresiva para saber cuántos días faltaban para mi cumpleaños número 18. Imaginaba cuáles serían las primeras elecciones en las que votaría y planeaba, con ilusión de niña, mi vida después de cumplir la mayoría de edad.
Mientras fui creciendo y aprendiendo sobre el mundo, entendí que al graduarme del colegio (y sin tener 18 años), me enfrentaría a una de las dificultades más grandes que tenemos los jóvenes: la educación superior. Y cómo no, si es que según la Universidad del Rosario, tan solo 40% de los jóvenes que terminan el colegio ingresan a la universidad. Afortunadamente, y gracias a los esfuerzos de mi familia, pude entrar a la universidad de mis sueños; sin embargo, surgía un problema, ¿cómo pagar una matrícula tan alta?

Aunque en Colombia 55% de los jóvenes estudiantes están en una universidad pública y así evitan altos costos de matrícula, mi caso es el de 45% restante. Para nadie es un secreto que hay miles de jóvenes que trabajan para costear sus estudios; y aquí viene otro panorama desalentador. Según el Dane, la tasa de desempleo juvenil en el primer trimestre de 2024 se ubicó en 20%. Para los jóvenes es muy difícil conseguir empleos formales.
Lo lógico, entonces, sería que se promoviera una reforma laboral que responda a las nuevas dinámicas del mercado laboral, que promueva normas que faciliten la creación de empresa y la libre competencia, y que cree más puestos de trabajo. Paradójicamente, la reforma laboral que hoy impulsa el gobierno -y dicho por la propia Ministra del Trabajo-, “no tiene por qué generar empleo”.

A nivel global vemos la llegada de un nuevo reto: la inteligencia artificial. Los jóvenes nos estamos enfrentando a una herramienta que automatiza las profesiones. Según Forbes, las profesiones más afectadas son las que requieren labores administrativas y legales. Preocupante para personas que, como yo, optamos por el derecho. Sin embargo, y como sugiere Daniel Innerarity, filósofo español, no hay que temer, pues la IA también puede ser un complemento a la inteligencia humana y no una competencia más. De una u otra forma, es necesario que los jóvenes nos adaptemos a ella.

Cierro los ojos y me pregunto, ¿“¡Por fin 18!”? El panorama para mi generación no es fácil. No muchos acceden a educación superior, otros no pueden conseguir empleo, y peor aún, 2,9 millones de jóvenes no estudian ni trabajan. Lo más preocupante es que nuestro futuro depende de las decisiones políticas que se tomen hoy. En este momento se discute en el Congreso nuestro futuro laboral y pensional, y parece que muy pocos entienden que ambas reformas determinarán nuestro futuro.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA