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El Gobierno de Colombia sigue el camino de populistas latinoamericanos de izquierda radical. A Petro le quedan dos años de mandato y, además de sus polémicas decisiones económicas y reformas sociales, ahora su enemigo es la prensa.
Es común ver al Presidente y a sus defensores atacar a la Revista Semana y a la cadena RCN por cuestionarlo. Ahora sorprende que sea contra María Jimena Duzán. Aunque es una periodista aliada, sus críticas al gobierno han provocado que Petro también la ataque. Parece que cualquier cuestionamiento convierte al periodista de turno en ‘enemigo’.
Entonces la única prensa que le sirve al Presidente es aquella dócil. La que se venda los ojos, cierra la boca y hace oídos sordos ante escándalos de corrupción. La que no se atreve a cuestionar medidas de su Gobierno. La que funge como un comité de aplausos. La que no es de ningún medio que pertenezca a una empresa privada. La que no es libre.
La que sirve es aquella financiada por el Estado, y que actúa como aparato de propaganda. Para el caso, Rtvc.
Su par: la venezolana Telesur, cadena multiestatal e internacional creada por Hugo Chávez, para hacerle propaganda a los Gobiernos de izquierda en Latinoamérica. Ha tenido convenios con 12 países de la región, entre ellos, Cuba y ahora Colombia. Esta cadena es estatal, o sea, se paga con el dinero de la gente, y funge como ‘lava cara’ de mandatarios progresistas de la región. Similar a emisiones como ‘Aló, Presidente’ en Venezuela, está ‘Hablando con el pueblo’ de Evo Morales, en Bolivia.
El patrón es exacto: nunca cuestiona al mandatario progresista. ¿Recuerdan esa noticia que decía que Rtvc era el único medio colombiano con cero titulares en tono negativo? ¿Les suena similar? Lastimosamente Rtvc está siendo utilizado como el medio del Presidente. De ahí que hace unos meses el Estado haya firmado un convenio de cooperación con su par, Telesur, con vigencia hasta diciembre de 2026, a fin de “aunar esfuerzos para el desarrollo de actividades (…) con miras al aprovechamiento regional (…)”.
En realidad el plan ha sido: 1. Desprestigiar y atacar a la prensa que cuestiona al gobierno; 2. Crear programas dentro de Señal Colombia que se encargan de “explicar” noticias pero con evidentes sesgos ideológicos; 3. Firmar un convenio, en este caso, con Telesur (y con vigencia que cubre la época electoral); 4. Atacar con virulencia a periodistas, incluso ‘aliados’ como María Jimena Duzán, que lo cuestionan; y 5. Atacar a la Flip (Fundación para la Libertad de Prensa) ¿Qué sigue ahora? ¿Estatizar a la prensa y volverla mansa?
La prensa nunca será neutral si la paga el Estado y nunca será libre si se la apropia el Presidente. Habrá libertad de prensa únicamente cuando la oferta y la competencia sean muy amplias. En Colombia, y contra viento y marea, se está limitando esa competencia y satanizando a todo aquel que piense diferente. La libertad siempre será el valor más importante en una sociedad, y ojo, que la estamos perdiendo.
