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Quienes en campaña decían que los jóvenes se suicidaban por la presión de pagar un crédito con el Icetex, hoy les envían una carta informándoles que la tasa de interés dejará de subsidiarse y que por tanto el crédito será mucho más costoso.
La nueva estafa, que recién salió a la luz, se venía cocinando desde el año pasado. La falta de recursos del Icetex es evidente: entre 2023 y 2025 su presupuesto se redujo en 82%. Como expliqué en “chu chu chu de la educación”, la estrategia del Gobierno ha sido clara: desfinanciar el sistema para debilitar a las universidades privadas y luego lanzar un “bote salvavidas” que termina siendo peor que el problema original. Una cura que mata. Ese ‘bote’ fue la “Banca del Saber”, un intento fallido de crear una banca pública para financiar créditos educativos con ahorro voluntario.
Como el plan no funcionó, ahora recurren a medidas desesperadas: eliminar el subsidio a las tasas de interés y el subsidio de sostenimiento estudiantil. Según la Asociación Colombiana de Universidades, 327.000 jóvenes serán afectados, de los cuales 92% pertenecen a los estratos 1, 2 y 3. El petrismo golpea a quienes más dice defender: a los jóvenes y los pobres. Con la nueva medida, las tasas de interés serán similares a las de cualquier banco. Paradójico si consideramos que Petro prometía condonar todas las deudas estudiantiles.
Durante la campaña, Armando Benedetti apareció en un video -cual personero estudiantil- proponiendo eliminar los intereses de los créditos estudiantiles. Con esa promesa está pasando lo mismo que pasaba con la propuesta de hacer una piscina en el colegio: se queda en el aire.
Tampoco olvidemos que en 2019 la Primera Línea quemó el edificio del Icetex en protesta por las altas tasas de interés -que para ese año fueron IPC+7%-. Debe ser que no estoy muy enterada, pero me imagino que con las nuevas tasas, que oscilan entre 12,2% y 17,2% + IPC, están por salir a protestar y a paralizar el país. Pues, sería lo lógico.
Para este año, el Icetex solicitó $1,4 billones pero solo se le asignaron $600.000 millones aproximadamente, argumentando la crisis fiscal. Sería convincente si el Gobierno aplicara recortes en la burocracia y demás, pero mientras reduce subsidios a la educación y a la vivienda, el costo del Estado sigue en aumento. En 2024, el presupuesto de funcionamiento fue de $310,2 billones y para 2025 subió a $327,9 billones.
El discurso de crisis fiscal es selectivo: recortan los proyectos sociales, pero el Estado sigue creciendo (y los que viven sabroso también).
Este recorte no solo afectará a los actuales beneficiarios, sino que también le cierra la puerta en la cara a los jóvenes que apenas salen del colegio y esperaban financiar sus estudios con el Icetex.
Presidente, como le dijera su Ministro de Educación, “póngame cuidado” y párele bolas a sus votantes. Ya sabemos que usted no gobierna para quienes no lo apoyamos, pero al menos cúmplales a los que sí. Tenga palabra.