Analistas 04/04/2025

Cartelización empresarial y competencia simulada

Jorge Coronel López
Economista y profesor

La competencia entre organizaciones mercantiles es una actividad propia del sistema de producción vigente ꟷcapitalistaꟷ. Compiten en una supuesta libertad teórica que se ha traducido en norma, como es el caso del artículo 333 de la Constitución Política que reza: “la actividad económica y la iniciativa privada son libres… La libre competencia económica es un derecho de todos que supone responsabilidades”.

Adam Smith, a quien se le considera el padre de la economía, concibió la importancia de la libre competencia, pero también los límites a la misma, especialmente, por la posibilidad de configuración de monopolios. Dicho de otra manera, observó la contradicción entre la teoría y la práctica. Por ello, la misma Constitución Política en su artículo 336 prohíbe los monopolios en Colombia y sólo permite aquellos asociados a licores y juegos de suerte y azar, obligando a que las rentas obtenidas se destinen a salud y educación.

No obstante, en el país lo que se ha visto a lo largo de la historia es que ciertas empresas, amparadas en la libre competencia, han buscado mayor participación en los mercados y una posición dominante en su sector, lo cual utilizan en su propio beneficio y abusan de ellos de diferentes maneras: estableciendo fuertes condiciones a proveedores, fijando precios, promoviendo acuerdos de cuotas de mercado, impulsado fusiones, entre muchas otras prácticas.

Dichas prácticas son las que han desdibujado la famosa libre competencia y han permitido la creación de una competencia simulada y un vergonzoso proceso de cartelización empresarial, como bien lo plantea Silva-Colmenares en sus libros La lógica del desarrollo capitalista y Los verdaderos dueños del país. De acuerdo con el autor, se debe precisar que para llegar a un cartel se requiere primero tener concentración de la producción, por lo tanto, es el resultado de un proceso previo de concentración del capital, para cual cita el caso del sector financiero, donde siete grupos controlaban activos que equivalían a 45% del PIB en 1975. Esto deja la idea de que no estamos ante un fenómeno nuevo.

Llama la atención que los prestigiosos economistas del país hayan hecho caso omiso a este proceso de concentración de la producción y aparezcan rasgándose las vestiduras después de que un cartel es descubierto, como el caso de los medicamentos, que ha vuelto a escena por estos días y pretenden culpar al gobierno cuando es un asunto histórico, estructural y con favorecimiento normativo. Ha habido poco esfuerzo para intentar explicar cómo se producen estas concentraciones, cuáles son los factores que contribuyen a ello y sobre qué movimiento histórico y político se sustenta.

Si en Colombia existe libre competencia y prohibición de monopolios ¿Qué explica que se hayan configurado los carteles de azúcar, arroz, frutas, cemento, papel, papel higiénico, hemofilia, medicamentos, cuadernos, chatarrización, pañales, ganado, seguridad privada, entre otros? ¿Cuántos carteles todavía faltan por descubrir? ¿Qué implicaciones tiene la cartelización en la distribución de la renta, la inversión privada, la dinámica del empleo, las relaciones entre legalidad/ilegalidad o formalidad/informalidad?

Muchas preguntas quedan al respecto, mientras se resuelven, es evidente, que la libre competencia es un supuesto teórico, no una realidad, que parece haber servido para concentrar la producción, crear carteles y una competencia simulada.