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Colombia ha comenzado su cíclica jornada digital con el nuevo gobierno. Como lo he sostenido, Colombia ha sido el epicentro y corazón del debate digital en América Latina desde hace más de 10 años. Todo tema de política digital, regulación, espectro o innovación pública, ha sido conversado en Colombia. No exagero cuando digo que Colombia es sexy para debatir el futuro digital de la región. Pero, como una moneda, toda realidad tiene dos caras.
Cuando hace 13 años hablábamos de los precios del espectro en Colombia y la posibilidad de bajarlos, Chile se adelantó y durante este mismo tiempo se ha mantenido imbatible con los precios del espectro más bajos de América Latina, generando como resultado la cobertura más grande la región, con más de 95% de su territorio.
Buena parte de la nueva doctrina digital se propone, debate en Colombia y se aplica de inmediato en todas partes. Algunos de los principales axiomas debatidos en Colombia se alojan con facilidad en otros países de la región, pero frecuentemente llegamos tarde a la ejecución.
La tormenta perfecta. Un momento complejo afecta a toda la región, pero sobre todo a Colombia. La inflación, el incremento de las tasas de interés provocado por fenómenos globales, están afectando la rentabilidad de las empresas de telecomunicaciones. Como lo he señalado, Colombia presenta el ingreso promedio por usuario más bajo de la región. A eso hay que agregar un compulsivo sistema de competencia o guerra comercial que baja aún más los precios en beneficio del usuario; y el segundo precio de espectro radioeléctrico más alto de América Latina, después de México.
Colombia tiene el sistema de competencia más complejo de la región. Muchos operadores públicos y privados, con ingresos a la baja. Adicional a lo anterior, la regulación en las alcaldías y departamentos no termina de ser amigable a la conectividad. Casi todas las leyes municipales dificultan o impiden la implementación de nueva infraestructura como torres y postes. Pocas autoridades comprenden los retos de infraestructura de una sociedad digital.
Por si fuera poco, ETB se quedó sin director general y en Medellín se libra una batalla por la desincorporación, o no, de la parte correspondiente a la alcaldía de su empresa de telecomunicaciones. Esto ha llevado a algunos operadores a priorizar sus inversiones y rentabilizarlas en el mundo 4G.
El complejo momento que hereda el Ministerio TIC no es fácil y representa un momento de épicas soluciones, donde todas las partes están involucradas y deben buscar una solución conjunta, como industria unida.
5G. América Latina ya comenzó su proceso. Hace más de un año Chile comenzó con la primera licitación 5G de la región. Todos los operadores han realizado inversiones en diversas escalas 5G, con una oferta sin tregua, incluso en las zonas más alejadas como Magallanes, junto a un despliegue sorprendente de fibra óptica y cables submarinos. República Dominicana sorprendió con una agenda digital social y económica notable. Brasil preparó la más robusta licitación 5G vista en América Latina, con los precios del espectro radioeléctrico más bajos de la región y un movimiento denominado Antene-se, donde más de 160 municipios brasileños han modernizado su regulación de antenas para facilitar la implementación y expansión de las torres y antenas para la señal 5G. Brasil lleva despliegues en todos los gobiernos locales y alcaldías, y comenzó el despliegue de la red 5G para el gobierno y en carreteras (más de 60 mil kilómetros).
La caja de todos los operadores en Colombia, se está quedando sin recursos. Un operador de telecomunicaciones sin capacidad de invertir, no expandirá su infraestructura, cobertura y no competirá con eficiencia. Estamos frente a la tormenta perfecta.