MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
El espectro radioeléctrico es una de las palabras malditas dentro de la nomenclatura de las políticas públicas y del mundo digital. Es una palabra que no es sexy. Ninguna cosa decente debería llamarse así. Pero es parte del territorio del Estado y centro de la vida digital móvil, de tú vida. No hay industria de comunicación móvil sin él, y sin él no hay economía digital, pero tampoco derechos digitales.
Sin el espectro radioeléctrico no podemos igualar las oportunidades de los ciudadanos, ni mejorar su educación, acceso a la cultura y la seguridad pública. El espectro radioeléctrico permite habilitar el derecho de acceso a Internet, las telecomunicaciones y con él, la libertad de expresión, el derecho de acceso a la información pública, la libertad de prensa y el derecho a la justicia en línea. El espectro radioeléctrico es un insumo esencial en la vida de la República.
En los últimos días, de forma sorprendente, percibí una propuesta pública para la asignación asimétrica del espectro en próxima licitación. Inquietante en un mundo 5G
Un regulador debe regular por objetivos. ¿Qué quieres?: ¿inclusión digital o competencia económica? Cada camino es distinto. Regular espectro con fundamento en competencia económica, es parte de una añeja practica 4G, pero imposible para 5G, donde la masiva cantidad de espectro es vital para los ciudadanos y operadores.
Chile tiene 14 años de tener los precios más bajos de espectro, Brasil lo bajó 80% y Colombia bajará 90%. ¿El objetivo? cobertura.
En México, gracias a Colombia y su intervención para que el derecho de acceso a internet fuera un derecho humano, se reconoce en la Constitución; incluso, en materia de espectro se señala que “en ningún caso el factor determinante para definir al ganador de la licitación será meramente económico”.
Nuestra Corte señaló que “el grado de participación en el mercado no constituye un parámetro de medición del aprovechamiento o beneficios obtenidos por el espectro”. Y abunda: “el nivel de participación que los concesionarios detentan en el mercado de las telecomunicaciones, no deriva de la naturaleza del espectro, pues ello atiende a múltiples factores… como la mayor o menor eficiencia con que operan los agentes económicos en el mercado, sus estrategias comerciales o modelos de reducción de costos”.
¿Conclusión? El espectro está sustraído a su valor económico y se debe privilegiar su asignación para habilitar los derechos humanos, la igualdad jurídica y económica. ¿El objetivo regulatorio? Cobertura e inclusión digital.
¿No estábamos de acuerdo en lo mismo? ¿Bajar los precios del espectro para todos los operadores, facilitar la inversión, despliegue de infraestructura, abatir la brecha de acceso, reactivar al sector: cómputo, software, innovación y competitividad?
Hay que mandar un mensaje de unidad con gobierno, empresas y legisladores. El espectro es un bien público y de los colombianos. Sin él no podemos igualar sus oportunidades, ni mejorar su educación, salud y seguridad.
La propuesta de asignación asimétrica, margina ciudadanos, cancela la expansión de la infraestructura, la conectividad, destruye el valor social del espectro, no estimula la inversión, ni la eficiencia de las empresas, , no da certeza jurídica a los operadores, confunde al gobierno federal, a los legisladores y hasta a los medios.
El objetivo es: La inclusión digital.