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En agosto pasado, la radio celebró los 100 años en Argentina al conmemorar la primera transmisión acaecida el 27 de agosto de 1920. Solo dos meses después, la Kdka de Pittsburgh era la primera licencia de radio otorgada legalmente en los EE.UU.
Un siglo después, tras el cine, la TV, Internet, los smartphones, las redes sociales y con cada novedad técnica o de contenidos en la comunicación, la radio sigue vigente en todo el mundo y nuevamente en proceso de transformación.
Aunque los hábitos cambian y el mundo audiovisual del smartphone hipnotizó a la humanidad hasta llevarla casi hasta la alienación por la pantalla, la radio vive un apasionante proceso que varios expertos en Europa definen como “la segunda edad de oro del audio”.
Hace algunas semanas, la BBC del Reino Unido tomó una decisión estratégica al renombrar sus plataformas; de “radio y TV” ahora sus unidades se denominan “audio y pantallas”, porque las experiencias de consumo de contenidos exceden los formatos tradicionales que dominaron la comunicación por más de medio siglo.
El consumo de radio en América se distribuye esencialmente por AM y FM, en los EE.UU. se suman las experiencias de radio satelital, mientras que en Europa, países como Reino Unido y Noruega desarrollan el Digital Audio Broadcasting (DAB) que además de audio permite distribuir datos. El consumo de streaming de audio crece exponencialmente con los smartphones.
Para ver las tendencias, el mercado de EE.UU. siempre es punto de referencia; el “Share of Ear 2020” de Edison Research, que analiza el consumo de radio, reveló que para la Generación Z, jóvenes nacidos desde 1996 que consumen radio, el alcance de la FM llega a 55% de los jóvenes que tienen entre 13 y 24 años, apenas por encima de 53% que escucha por streaming. Dice el estudio que cuando se trasladan en automóvil, conectan con la FM, pero en sus casas o universidades, están pegados de sus audífonos y planes de datos para escuchar.
Cuanto más joven es la audiencia, la experiencia de audio se amplía hacia las radios nativas digitales, podcasts, audios on demand, plataformas como Pandora, Apple, iHeart que son productos que expanden el concepto de la radio a un gran abanico de posibilidades. Para la Generación Z, el concepto ‘on demand’ es su naturaleza. Esos hábitos son los que estimulan los cambios de la radio tradicional hacia fórmulas como la radio a la carta, video, aplicaciones que ofrecen alertas, interacción y distribución a través de Whatsapp o Telegram. Como define Luis Miguel Pedrero, catedrático especializado en radio e investigador de la Universidad Nebrija de España: “La emisión en vivo por FM ya es solo una parte del negocio de la radio”.
Uno de los grandes grupos de radio europeo estima que en 2023 40% del consumo de audio de sus estaciones circulará por streaming, aplicaciones y altavoces inteligentes.
Además del smartphone, los altavoces inteligentes están remodelando la experiencia de audio. Un reciente estudio realizado por Qualcomm entre usuarios de cinco países mostró que el clima, la música y las noticias son lo más solicitado a los Google Home, Alexa, HomePod u otros dispositivos. Es curioso que lo más pedido sean tres cosas que siempre ha ofrecido la radio. Cambian hábitos, cambia la tecnología y los dispositivos, pero se mantienen las necesidades que la radio sabe satisfacer para su audiencia.