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El término “Ceteris Paribus” proviene del latín, y fue utilizado por primera vez en 1920 por el reconocido economista británico Alfred Marshall. Investigando las características de un modelo de equilibrio parcial, Marshall propuso medir por separado cada sector de la economía, suponiendo que los demás sectores permanecían quietos. Con esta metodología, se podría observar de manera individual, las relaciones e impactos entre las distintas variables de un mercado específico, mientras el resto de la economía no se mueve.
Los economistas crean los modelos de manera abstracta con múltiples ecuaciones que están relacionadas entre sí. Al simular escenarios con datos específicos, las ecuaciones arrojan ciertos resultados que permiten predecir con algún grado de confianza cómo se comportarán las variables en estudio. La gran mayoría de modelos son demasiado teóricos, inclusive criticados por los propios economistas, al no poder reflejar todas las variables de la realidad. En ocasiones los economistas se enfrentan a situaciones en donde sus modelos contienen demasiados supuestos fuertes que no necesariamente son reales o creíbles. El cambio de un solo supuesto termina por derrumbar a veces las proyecciones. Ceteris Paribus ha llevado muchas veces a errores.
La realidad actual es que las economías del mundo no evolucionan en una trayectoria que se pueda identificar con patrones matemáticos bien definidos. El mejor ejemplo es la crisis financiera de 2008. Fallaron las agencias calificadoras de riesgo junto a los banqueros de inversión y pocos días antes del colapso los analistas no veían el tamaño del problema. El capitalismo tuvo que ser salvado con una solución que para muchos era del socialismo.
El desorden es mucho más presente en los mercados que el orden. Los diferentes agentes del mercado ahora conviven con permanente incertidumbre. Mientras unos se adaptan a las circunstancias otros continúan aplicando las fórmulas teóricas de siempre. No estoy tan seguro de que vayamos por el camino correcto.
Nadie ha optado por fórmulas fuera de lo académico. Creo que llegó el momento de intentar algo diferente. Los bancos centrales no van a poder seguir subiendo tasas indefinidamente. Se supone que este mecanismo controla la inflación, pero dejando quieto todo lo demás, es decir el clásico error de ceteris paribus. El problema es que tenemos otras variables diferentes que están afectando a la inflación por otros lados. El desabastecimiento de cadenas de suministros está golpeando muy fuerte. ¿Con altas tasas sostenidas y oferta restringida, no estaremos frente a una estanflación mundial? Todos coinciden en que viene un período de recesión. El monstruo a la vuelta del 2023 puede ser peor que el de 2008. ¿No sería mejor, que los gobiernos redujeran impuestos para estimular crecimiento económico?
Ojalá los investigadores revisaran en detalle las posiciones de los fondos de pensiones, fondos de cobertura, fondos de capital y reservas de las naciones. No vaya a ser que haya inversiones con demasiado apalancamiento, con riesgos mal calculados y que algunas entidades estén expuestas a una alta volatilidad. Cualquier fondo de cobertura grande que caiga en default puede generar un sisma financiero similar a los ya vividos en el pasado.