Chichonera de aviones

En el Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá, se ha presentado históricamente una situación de desorganización que inevitablemente afecta a una cantidad importante de pasajeros. El clima, a veces implacable, junto a otras variables de la operación aeronáutica afectan una cadena de servicio que tiene diferentes actores. La planeación operativa no siempre funciona como un reloj y es por esto que diariamente se pueden observar mensajes en las redes sociales de algunos usuarios que se quejan por demoras y otros problemas con las aerolíneas.

Actualmente, en teoría, El Dorado tiene una capacidad entre todas las aerolíneas para 74 vuelos por hora: 40 salientes y 34 entrantes. Esta cifra, proyectada hace tiempo por la Aeronáutica Civil, incluye las operaciones regulares, no regulares y aviación de estado o exceptuada. En el documento técnico que la autoridad realiza para determinar la capacidad se observa que para llegadas hay máximo nueve operaciones aéreas por cada cuarto de hora, sin superar un total de 34 operaciones por hora. En el caso de las salidas se establece un máximo de 10 operaciones aéreas por cada cuarto de hora, sin superar en total 40 operaciones por hora.

La realidad es que los 40 salientes son sostenibles, pero en el caso de los vuelos entrantes siempre terminan ocurriendo episodios que hacen que se queden operaciones “colgadas” y el total cae por debajo de esa cifra. El promedio real termina estando únicamente en el rango de 28 a 32 vuelos entrantes cuando se han asignado 34 desde la planeación. A eso hay que restarle que estructuralmente la noche anterior siempre se baja la capacidad para hacer coincidir la oferta de slots con la demanda de vuelos de las aerolíneas.

En 2024 El Dorado movilizó un total de 45.802.360 pasajeros. Es el aeropuerto más transitado de Latinoamérica por encima de Sao Paulo o Ciudad de México. Los diferentes operadores aéreos le han venido solicitando a la Aeronáutica que se implementen medidas que arrojó el estudio de capacidad desarrollado por medio de la Iata. Uno de los principales motivos que hay que incluir en los análisis es que permanentemente las pistas del aeropuerto son requeridas por vuelos no comerciales, en efecto, necesidades de gobierno, Policía o Ejército, muchas veces imposibles de pronosticar. Los diferentes operadores aéreos explican que los promedios no se pueden calcular únicamente con aerolíneas comerciales. Al ser una operación tan ajustada, cualquier desviación termina afectando el total.

Los operadores aéreos le han solicitado a la Aerocivil que se implementen las mejoras que propone el estudio de capacidad puesto que sin ellas la capacidad real del aeropuerto es de 68 operaciones por hora. También es importante lograr que la infraestructura y la tecnología con la que cuenta El Dorado esté plenamente operativa. Pienso que los pasajeros también prefieren un número ajustado a lo real, que incluya las desviaciones, para garantizar un mejor funcionamiento y reducir los posibles atrasos. Los pasajeros prefieren claramente una situación diseñada para que las cosas fluyan organizadamente. Teniendo en cuenta que es muy posible que el número de pasajeros anualmente siga creciendo se debe buscar una verdadera optimización que nos ayude a todos.