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El “Águila Descalza” creado por los geniales humoristas Carlos Mario Aguirre y Cristina Toro se dieron a conocer en 1986 con la obra “País Paisa” llena de refranes y anécdotas de su región. A lo largo de los años, con diferentes obras costumbristas, se han convertido en estrellas de recurrentes y taquilleras presentaciones a nivel nacional e internacional. En 2009 lanzaron al mercado uno de sus legendarios números: “¡Chupe por bobo!”.
Como ellos mismos lo describen, este refrán popular se asocia a eventos comunes como una tarjeta de crédito con fondos insuficientes o un celular al que se le acaban los minutos. Claramente un episodio de la realidad nacional que cabe perfectamente dentro de esta tragicomedia es la de un ministro de Educación a quien le rechazan la sustentación de su tesis de maestría.
La desafortunada situación en la que se vio envuelto Daniel Rojas en la Universidad Nacional permite reír y llorar al mismo tiempo. Después de recibir el portazo académico, Rojas comenzó a elaborar una curiosa explicación sobre la razón por la cual reprobó esta ahora famosa sustentación de su tesis. Escribió en sus redes sociales que sencillamente no tuvo tiempo para preparar el tema.
El trabajo corresponde al requisito para acceder al título de maestría en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia. Desde la Nacional los evaluadores expidieron un comunicado señalando que “el concepto del documento, en su estado actual, presenta problemas teóricos y de rigor conceptual”.
La Universidad Nacional es considerada una de las mejores del país, y se encuentra entre las más prestigiosas del continente. Es la única institución del país que aparece en el ranking global “Shanghai Ranking”. Según este listado, la Nacional está en el rango de 801-900 a nivel mundial. Pocas universidades de América Latina aparecen en el listado. Los estándares de calidad académica la podrían posicionar mucho más alto en los listados internacionales si no fuera por las recurrentes protestas estudiantiles que afectan sistemáticamente la continuidad de los semestres.
El rigor académico no es un juego en la Nacional. El examen de admisión que utilizan es un filtro de altísima dificultad. Los profesores y estudiantes de las diferentes carreras ciertamente son personas de una dedicación y esfuerzo únicos. Si el comité evaluador de una tesis de pregrado, maestría o doctorado considera que el trabajo no está completo, es porque así es.
No cabe ninguna duda que la reputación de la institución que precede al episodio, el trabajo de Rojas no logra pasar, así se hubiera presentado frente a otro comité evaluador. El nivel académico está estandarizado por lo alto. No cualquiera se gradúa de la Nacional. No se puede acceder a un título con una sustentación deficiente, chambona y mediocre. Lo que dicen fuentes de la universidad es que, al parecer, Rojas hizo algo por “salir del paso”, un documento crudo sin el rigor y la dedicación que otros estudiantes si tienen.
El mensaje que envía Rojas es devastador para el Gobierno. No es la única cartera en donde hay funcionarios similares que fueron nombrados. Si no pudo con su propia maestría, no se entiende cómo va a manejar las riendas del problemático ecosistema de educación. ¡Chupe por bobo!