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Es inaudito que haya crecido la tensión entre el ministro del interior Luis Fernando Velasco y la Federación de Departamentos, a unos niveles que en otras épocas jamás se hubieran sospechado. Velasco siempre se le conoció por tener un perfil tranquilo. Recuerdo que como congresista fue defensor por años del desmonte de los impuestos al precio de la gasolina que pagan los colombianos.
Irónicamente le tocó trabajar con un jefe que decidió desmontar subsidios y terminó en menos de un año subiendo el precio de los combustibles a unos niveles descomunales. Comenzó como Alto Consejero para las Regiones, donde tuvo un papel importante en los primeros meses del gobierno. Cuando lo pusieron en el cargo actual, todo el mundo pensó que tendría una buena relación con el Congreso, que habría diálogo con los interesados en diferentes proyectos de ley y que el camino sería menos turbulento para el trámite legislativo.
La realidad es que los proyectos que impulsó el gobierno se fueron a la gaveta y quedaron en el limbo en el que están actualmente. Hace unas semanas el ambiente comenzó a calentarse cuando los Gobernadores de Sucre y Meta denunciaron en diferentes medios de comunicación hechos concretos de diferentes territorios.
Los niveles de inseguridad se subieron mientras el gobierno con su intención de “paz total” lo que terminó haciendo fue empoderando a las bandas criminales y grupos ilegales. El Clan del Golfo anunció esta semana que va a combatir al Tren de Aragua en Bogotá, ante los escasos resultados en materia de seguridad que muestra la Policía de la capital actualmente.
Velasco decidió enfrentar a los gobernadores. Les dijo que eran unos “hipócritas” luego de un duro comunicado en donde los 32 mandatarios pedían mayores acciones y más presencia de la fuerza pública en las regiones. Su postura sorprendió por venir de alguien que ha recorrido territorio y especialmente en otras épocas de la política fue vehemente denunciando problemas de orden público de su departamento, el Cauca. Los gobernadores pidieron la cabeza de Velasco.
Considero que en la actual coyuntura es muy probable que la obtengan. El presidente anda buscando cambios de gabinete por estos días. Entiéndase bien, “estos días” es todo lo que lleva de gobierno, pues ha sacado a 11 ministros en un año.
Velasco había insinuado que los gobernadores estaban únicamente haciendo política con el tema del orden público. El problema es que la realidad les da la razón a los mandatarios y contradice al ministro. Las cifras que han publicado la Defensoría, la Fiscalía, los eventos desafortunados que han registrado los medios de comunicación locales y los ciudadanos en las redes sociales pintan un panorama que nada tiene que ver con la política partidista. Conociendo a Petro, va a dejar solo a Velasco, lo va a terminar sacando y buscará a alguien nuevo para manejar las relaciones con el congreso que por estos días están crudas.
Se metió en una discusión perdida, no tiene respaldo institucional y en general los ciudadanos reclaman a gritos que vuelvan las épocas de la seguridad. Los candidatos que muestren proyectos serios de recuperación de seguridad tendrán una ventaja significativa frente a sus rivales. Los que defienden delincuentes no tienen mucho espacio esta vez.