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El viernes 9 de marzo el Alcalde @petrogustavo (me refiero a él así porque solo vive en Twitter) se vio enfrentado a una de las primeras "mediciones de aceite" que usualmente deben enfrentar los mandatarios en Colombia cuando estrenan cargos. Es ampliamente conocido que las protestas se le salieron de las manos, pero en su origen estaban propiciadas por el mismo discurso del Alcalde, quien no ha logrado conjugar su ideología de izquierda y la realidad de los contratos capitalistas de Transmilenio con sus operadores. De hecho, en campaña y en recientes reuniones privadas, se viene hablando de modificaciones unilaterales a los contratos con los operadores.
El malestar ciudadano obedece a la acumulación de problemas, dada por una cadena de infortunados sucesos: los Nule que ni cumplieron con la 26 ni con la carrera décima, y hoy están en la cárcel.Luego, las decisiones politizadas de la anterior administración, y ahora, nuevos bandazos del Alcalde actual hacen que hoy en día no sepamos exactamente qué va a pasar con la Fase III que incluye un corredor importante por la carrera séptima. A ello se suma que al interior de la administración, varios directivos están enfrentados por el tema Transmilenio. Todo esto constituye un explosivo coctel que culminó con el sistema colapsado y una dura protesta de los bogotanos la semana pasada.
Una posible solución a este caos vial, es el famoso Sistema Integrado de Transporte Masivo Sitp, licitación que fue adjudicada a finales de 2010 a los concesionarios, varios de ellos los mismos operadores del sistema actual. Esta nueva fórmula tiene implicaciones que no son de poca monta. Los operadores se comprometieron a un proceso de chatarrización que ya comenzó y tiene unos costos altos. No obstante, la mayoría de operadores ha hecho una inversión en nueva flota de buses, pero la ciudadanía no ve dónde están los paraderos uniformados, la socialización del uso del nuevo sistema no existe y la fecha de inicio del sistema es incierta. El Alcalde ha dicho en reuniones públicas y privadas que no está de acuerdo con las condiciones de esos contratos de concesión del Sitp y que está dispuesto a hacerles modificaciones, es decir la cura peor que la enfermedad.
Pero el mayor riesgo sigue latente, algún abogado serio con experiencia en lo contencioso debería advertirle a @petrogustavo de las posibles demandas que recibiría el Distrito ante el Consejo de Estado si hay cambios sustanciales en el modelo de negocio. Por ahorrarse una plática hoy, puede generar una contingencia multimillonaria a futuro.
Un solo ejemplo: en medio de improvisaciones, la Alcaldía propuso una reducción de la tarifa de Transmilenio, que para el usuario final es de $1.750. El ex concejal Guillermo Asprilla, hoy director de la Uaesp, había tocado el tema con estudios y soportes desde el 2011, pero Petro hizo oídos sordos. La hermana del concejal, Selma Asprilla, recordemos, estuvo involucrada en los disturbios con el famoso video donde invita al bloqueo del sistema. Sin embargo el tema de la tarifa no es tan sencillo. Una reducción en Transmilenio automáticamente impacta en la tarifa del Sitp, así que cambiaría el modelo de negocio y comenzarían los problemas con los concesionarios. El Distrito viene subsidiando desde la administración Moreno la diferencia entre la tarifa real y la llamada "tarifa técnica" que está por encima. Al principio de operación en Fase I la tarifa técnica estaba por debajo de la tarifa real, así que la diferencia se acumulaba en un fondo que ya se agotó y hoy en día el Distrito debe fondear el "hueco". Esta es una de las razones por las cuales el Alcalde no ha autorizado el ingreso recurrente de más buses en operación para los concesionarios: a mayor número de buses, mayor fondeo por parte del distrito.
Es de advertir a los usuarios y ciudadanía: el famoso Concesionario Coobus no está listo para el Sitp, no ha comprado buses y no ha demostrado su capacidad financiera. Como todo Sistema INTEGRADO, el atraso en una de las concesiones atrasa todo el sistema. Ojalá Transmilenio no tenga que caducar el contrato y reabrir esa licitación porque ahí si no veremos el Sitp funcionando en muchos años. En suma Petro se "pinchó" con Transmilenio y aún no sabe qué hacer.
La ñapa: Me contaron que hace unos días comieron alegremente los médicos Mario Urán, Guillermo Grosso y el actual vicepresidente de la Nueva EPS Javier Agudelo Valencia. Este último fue la mano derecha de Carlos Palacino, cuestionado ex presidente de Saludcoop. A Agudelo la Contraloría le sigue la pista y aparece mencionado dentro de una investigación fiscal contra esa EPS por más de $1 billón. Lo curioso es que el estratégico Agudelo contó después que en esa comida se mencionó al senador Roy Barreras y una extraña comisión de 30% de los contratos en Caprecom. Curioso "ágape de negocios".