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Después de un largo litigio de más de cuatro años, Amit Mehta juez federal de Washington, recientemente falló en favor del Departamento de Justicia de Estados Unidos una trascendental decisión contra la gigante tecnológica Google. El origen del pleito son unos contratos que hoy existen en donde se logra garantizar una posición de dominio abusiva que viola la ley de competencia. En el mercado se encontró que en múltiples ocasiones cuando el consumidor compra un teléfono, al instalar sus aplicaciones y asignar la SIM Card, se encuentra con que el navegador Chrome está fijado por defecto para ser el camino prioritario para ingresar a cualquier página web. Muy pocos usuarios instalan otros navegadores como Brave, Dolphin, Mozilla Firefox, que también permiten navegar en internet. El juez demostró que Google es culpable por haber incurrido en prácticas restrictivas a la libre competencia, ya que establece abiertamente acuerdos y contratos con otras compañías para lograr imponer su motor de búsqueda por defecto en estos aparatos electrónicos. En el fallo de sentencia hay un resumen demoledor: “Luego de estudiar atentamente testimonios y pruebas, la corte llegó a esta conclusión: Google es un monopolio y actúa de forma de mantener ese monopolio”.
No es la primera vez que el Departamento de Justicia considera que en Estados Unidos hay prácticas empresariales que violan el derecho a la libre competencia. Según la autoridad estos tipos de contratos son abiertamente ilegales, es decir, se configura un abuso de la posición de dominio en el mercado de los navegadores de internet. Este mercado relevante es el de las búsquedas en general de cualquier categoría en la red. Se estima que Google posee al menos 80% de ese mercado en ese país.
El juez Mehta tiene ahora la gran responsabilidad de imponer medidas a Google para cambiar la situación. Se programó por parte de la autoridad competente una vista para el próximo mes de septiembre a las oficinas de Google, con el objetivo de iniciar el proceso de decisión sobre las eventuales sanciones. Los abogados de Google por su parte impugnaron el fallo, así que mientras se resuelve una segunda instancia podrían pasar varios años antes de verse obligados a cumplir con la sentencia. Hay expectativa en algunos analistas del mercado por imponer algún tipo de medida cautelar para lograr que el fallo tenga algún tipo de determinación de corto plazo.
El navegador de Google aporta al menos la mitad de los ingresos por publicidad que genera la compañía, por lo tanto estamos hablando de un golpe a sus estados financieros. Perder la posición monopólica hará que la torta publicitaria digital se reparta entre varios competidores. En los próximos años vendrán nuevas investigaciones sobre la forma como Google obtiene sus ingresos. En los últimos años se han presentado diversas reclamaciones judiciales por parte de algunos anunciantes que consideran que empresas como Facebook o Google no han sido transparentes con las métricas de la publicidad digital. En Reino Unido un tribunal estudia una demanda contra Google por valor de $15.000 millones de euros interpuesta por la empresa Ad Tech Collective Action LLP, quienes alegan la existencia de prácticas anticompetitivas para editores online británicos.