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Esta noche en el Arena Corinthians de Sao Paulo, Colombia vuelve a enfrentar a Chile, esta vez en cuartos de final de la Copa América. En 2016 en semifinal de la Copa América Centenario, nos ganaron 2-0 con anotaciones de Aránguiz y Fuenzalida. En la historia de las diferentes Copas América y lo que anteriormente se conocía como Campeonato Suramericano, Colombia únicamente le ha ganado a Chile en dos ocasiones: 1979 y 2001, ambas en nuestro país.
La fiebre de la Selección y su rendimiento ha sorprendido a propios y a extraños. La Federación de fútbol se ganó la opinión de la gente, no solo desde el nombramiento del técnico Queiroz, sino por el trabajo en conjunto que ha hecho con Arturo Reyes, quien estuvo a cargo de la Selección Sub 20 en el Mundial reciente de Polonia. Reyes además hizo un buen papel como encargado de la mayor por unos meses para los amistosos del año pasado y ahora está con el equipo de Queiroz aquí en Brasil. Suena en esta Copa América que además de Reyes, quieren acercar al equipo al técnico y exjugador samario Alberto Gamero. Como técnico ha sido campeón con Boyacá Chicó y Deportes Tolima. Si logran convencer a Gamero que sume al proyecto sería un gran elemento, que conoce perfectamente la realidad del fútbol colombiano.
El mensaje que refuerza día a día el ambiente cercano al equipo es justamente eso. Todo esto se trata de un equipo, donde por supuesto hay estrellas y talentos individuales, pero una sola golondrina no hace verano. Si esto fuera así, Argentina con Messi hubiese ganado todas las competiciones que disputó. Recientemente el técnico holandés Louis Van Gaal sentenció en una entrevista: “Messi no es el mejor jugador del mundo, los mejores jugadores saben trabajar en equipo, Messi es un talento individual”.
El país, como decía la semana pasada, no sabe trabajar en equipo. La competencia, el individualismo y la mezquindad en nuestro ADN nos impiden darle crédito a los demás y ceder la razón al otro. Cada colombiano siempre tiene razón en cualquier discusión de cualquier tema. Cada uno tiene su razón. Esto explica por qué, en una discusión entre colombianos, se oye continuamente la frase “por eso le digo”, a veces dos personas están dando el mismo argumento, pero nos gusta tener la frase final, tener la última razón. Hay personajes que, por ejemplo, prefieren negar la realidad o no dar la razón a otro que la puede tener, si eso supone aceptar que uno está equivocado. No tiene nada de malo, pero nosotros en promedio (para no generalizar) somos incapaces de aceptar que pasamos por situaciones difíciles y que no hay nadie que se las sepa todas.
La polarización política, los problemas sociales y empresariales que enfrentamos son difíciles. Los pocos individuos que a veces se embarcan en intentar solucionar, lo lograrían de mejor manera, o más rápido, si pudiéramos trabajar con mayor naturalidad en equipo. La economía digital, por ejemplo, nos está llevando a situaciones colaborativas permanentes por naturaleza. Internet democratizó la información, el acceso a ella y a las aplicaciones. La gente cambió, las empresas nuevas están cambiando a las viejas. Los discursos no siempre son de personas o grandes líderes, estamos ante un mundo que plantea ideas, que a veces son de varios. Ojalá el sentimiento de unión que tendremos esta noche haciendo fuerza por la Selección permanezca en otros temas. Hoy, a jugar en equipo todos, ojalá desde hoy y no únicamente durante los partidos.