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Analistas 24/05/2024

Nido de ratas

La renuncia del ministro de Comercio, Industria, y Turismo Germán Umaña es una consecuencia de una permanente situación que se agrandó en los últimos días entre el director de la Dian Luis Carlos Reyes y el ministro de Hacienda Ricardo Bonilla. Funcionarios allegados a Bonilla sugieren que el ministro ha expresado en múltiples ocasiones que “Reyes va por su lado”, “No nos hace caso”, “Se la pasa en TikTok”. Las reuniones en donde participan ambos pasaron de ser tensas a ser inviables.

Cuando nombraron desde el gobierno a Reyes nunca se imaginaron que el personaje iba a coger rápidamente vida propia. La realidad es que hoy “Mr Taxes” se convirtió en uno de los pocos funcionarios exitosos que tiene este gobierno para mostrar. Petro lo va a poner ahora al frente del ministerio de industria, comercio y turismo, es decir que Reyes logra con méritos un ascenso. A Bonilla le quedará la tarea de nombrar en la Dian alguien de su cuerda, que sea menos visible en medios y redes sociales. La idea que tienen en el Ministerio de Hacienda es bajarle el perfil. Al siguiente director de la Dian le toca enfrentar la delicada investigación por posible lavado de activos y enriquecimiento ilícito del hijo del presidente Petro. En las audiencias preliminares ya realizadas la exesposa Day Vásquez junto al fiscal acusador detallaron con prueba documental todos los pagos en efectivo de la compra de unos bienes inmuebles, valores que no están registrados en las declaraciones de renta del sujeto procesal. En el caso del hijo del presidente lo que procede es abrirle una investigación formal desde la entidad y probablemente imponer una multa de mayor cuantía. No creo que Bonilla consiga fácilmente una persona que se le mida a eso.

Dentro del gobierno hay más diferencias como esta en otras carteras. Lo de la Cancillería es una verdadera cocina. Entre el actual Murillo y el saliente Leyva se conocen fuertes diferencias, tanto que hay funcionarios nombrados por ambos que se han enfrentado en privado por múltiples situaciones. El nombramiento del novelista Gustavo Bolívar en el DPS entró en reversa para decenas de funcionarios de izquierda que no lo respetan y no lo ven como autoridad en la materia. Se supo que la decisión de otorgar ayudas económicas a taxistas, y simultáneamente expresar públicamente que en este país se deberían acabar todo tipo de subsidios cayó muy mal entre el equipo técnico de la entidad. Lo mismo pasó en Planeación Nacional cuando Alexander López con su discurso que fue vigente en la época en la que existía la Unión Soviética. No se consigue un solo economista dentro del DNP que piense algo bueno de López. Dicen que no ha podido entender cómo se hace un documento Conpes.

Además de lo que pasa en otros ministerios, en las fuerzas militares, la Policía, el Inpec, el Uspec, la Aerocivil, Migración Colombia y otra decena de entidades más se repite el patrón. Hay dos tipos de funcionarios de izquierda. Están los fundamentalistas y están los otros, que son señalados como los “oportunistas”, o aquellos que tienen una agenda propia. La izquierda gobernando en Colombia se convirtió en su propia oposición. Un nido de ratas, en donde actualmente todos están en modo “sálvese quien pueda”. Mientras tanto el país, bien gracias.

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