Nuevos vientos con la llegada de Macri

El triunfo de Mauricio Macri en Argentina por menos de tres puntos porcentuales de ventaja sobre su competidor Scioli, demuestra que ese país vive un ambiente de división. La grieta ideológica obliga a Macri a diseñar una estrategia de gobernabilidad. En el parlamento, su partido tiene una minoría, donde las reformas que buscará tendrán un difícil trámite. Hay argentinos que se sienten felices hoy por la posibilidad de educación gratuita y otros subsidios que mejoran su calidad de vida. Hay otros que preguntan si eso es sostenible en el largo plazo, especialmente cuando grandes compañías extranjeras han salido y hay pocas nuevas que quieran ingresar bajo condiciones de inseguridad jurídica. El desempleo y la inseguridad en las calles se han incrementado dramáticamente en los últimos años. Hoy Argentina tristemente recuerda épocas en donde era catalogada como la Europa de Suramérica. En estos momentos las autoridades conviven con bandas criminales de microtráfico, secuestro express y formas de violencia urbana.  

La hoja de vida de Macri es interesante, comenzando por su formación: ingeniero civil de la Universidad Católica. Trabajó en Citibank y conformó un emporio denominado Grupo Macri con varias compañías. Entre 1995 y 2008 fue presidente de Boca Juniors, donde ganó 7 campeonatos locales y 11 torneos internacionales. Luego ingresó a la política, fue diputado y jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires entre 2005 y 2015. Es un tipo serio, con posturas coherentes, que aprovechó un discurso ambiguo y débil de su rival para convencer a los argentinos de un cambio significativo.

Antes de su victoria, ya había empezado a configurarse como un nuevo líder regional. Este dramático cambio va a marcar una nueva línea de rumbo en toda América del Sur. El primer anuncio de Macri, es que ante Mercosur solicitará formalmente la aplicación de la cláusula democrática para sancionar a Venezuela. Adicionalmente buscará cerrar el acuerdo comercial de la Unión Europea con Mercosur y comenzar a abrir la economía hacia la Alianza del Pacífico. La cruzada en Mercosur depende de Brasil, que no ha querido imponer ninguna sanción económica o diplomática a Venezuela. Este giro de 180 grados llevará a Argentina hacia un enfoque económico liberal, cerrando la puerta hacia la izquierda impuesto por 12 años de poder de los Kirchner. 

En el caso de la tasa de cambio dólar frente a peso argentino se viene una importante reforma. Argentina ha caído en la mala práctica de Venezuela del manejo irregular de divisas. La aerolínea American Airlines anunció esta semana que ya no acepta pesos argentinos como forma de pago para tiquetes. American aduce que los controles de cambios dificultan convertir los pesos en dólares. La empresa sólo aceptará pagos con tarjetas de crédito internacionales o con dólares. La Iata ha pedido cita formal para discutir este control de cambios en la política con el nuevo presidente Macri. Al hacer alteraciones en las reglas, y al tratar de unificar el dólar negro con el oficial, necesariamente Argentina terminará devaluando su moneda. Esta situación permite pensar que un país de Mercosur con devaluación, probablemente afecte otras tasas de cambio de la región, incluyendo indirectamente al peso colombiano.

El enfrentamiento de Macri con Maduro, justo en un momento en donde Venezuela va a tener también unas elecciones, es un escenario que los otros países de la región deberán observar atentamente. En el caso de nuestro país, la posición política de Juan Manuel Santos necesariamente deberá modificarse. Colombia probablemente tenga que tomar distancia de Venezuela y a la Canciller le va a tocar analizar muy bien cuál es la figura que va a quedar de todo este nuevo ajedrez. Lo ideal es ir recomponiendo el nuevo orden suramericano, aprovechando que ahora si, un dirigente fuerte va a debilitar finalmente la posición que venía teniendo Venezuela por este lado del planeta.