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Hace algunos meses mencionaba en esta misma columna los impresionantes efectos de la droga Krokodil, la segunda más común en Rusia después de la heroína y que por su bajo costo ha entrado a países como Estados Unidos causando intensos dolores a quienes la consumen. Recientemente se conoció en Estados Unidos, que aparte de la alerta por el alto consumo de Krokodil, apareció una nueva droga llamada “Cloud 9” que es vendida según reporte de diferentes medios de comunicación en gasolineras y que tendría igual o peores efectos que otras drogas como la cocaína. NBC y Forbes han hecho eco de la noticia llamando la atención de muchos jóvenes y padres preocupados alrededor del mundo. Forma parte de las denominadas ‘sales de baño’, puede ser consumida con un vaporizador o cigarrillo electrónico. Se ha descubierto que los jóvenes la consumen en gotas oralmente o las mezclan con comida o bebida.
Según el Detroit Press, el consumo de la droga en Maryland y Michigan ha llevado al hospital a decenas de estudiantes, aseguran que esta nueva sustancia suele venderse en frascos de cristal sin etiqueta y es muy similar al agua. Según los expertos consultados por la prensa local, “Cloud 9” puede provocar alucinaciones, palpitaciones, aumento de la presión arterial, pensamientos suicidas y vómitos.
Esta nueva droga cuenta necesariamente con la colaboración de profesionales de la salud o de la industria farmacéutica, probablemente expertos en química, que ayudan a diseñarlas, para hacerlas más baratas, eficientes y sobre todo, evitar que queden los rastros en las pruebas médicas. En el mundo del ciclismo se descubrió con el caso de Lance Armstrong y otros deportistas de alto nivel, que hay una industria dedicada a crear drogas estimulantes que luego borran su huella para los momentos de las pruebas antidoping.
En nuestro país, el consumo de drogas tiene realidades preocupantes también. En 2013 se realizó por varias entidades del gobierno y otras interesadas en el tema, el segundo estudio nacional sobre el consumo de sustancias psicoactivas, cuyo propósito era actualizar el conocimiento sobre la magnitud del consumo y abuso de sustancias psicoactivas en el país. Dentro de la investigación, se estudió el patrón de uso de drogas en relación al sexo, edad, nivel socioeconómico, nivel de urbanización y las variaciones por departamentos. La encuesta fue aplicada a 32.605 personas de 12 a 65 años, residentes en todos los municipios del país. (Ver estudio)
El documento reveló que 87,8% de los colombianos aún no ha probado drogas ilícitas. De 2008 a 2013, en el informe se destaca el aumento significativo del uso de marihuana, cocaína, bazuco, éxtasis y heroína. Mientras en 2008 8,8% de los colombianos entre 12 y 65 años aceptó que había probado alguna de estas sustancias, en 2013 la cifra subió a 12,2%. En el grupo poblacional con mayor riesgo de consumo, se confirmó que uno de cada once jóvenes entre 18 y 24 años ha consumido drogas ilícitas.
El estudio también determinó que uno de cada dos colombianos cree que es fácil conseguir marihuana y a 9% de la población se la ofrecieron en el último año. Recientemente, el Ministro de Justicia, Yesid Reyes Alvarado, alertó sobre los retos que implica para Colombia hacerle frente al comercio y consumo de drogas sintéticas, debido a la facilidad para crearlas. “Las posibilidades de combinación molecular, son prácticamente infinitas, por tanto la producción es más fácil, más cambiante y por consiguiente más difícil de controlar”. En el mundo hay 234 sustancias controladas por las Naciones Unidas en virtud de las Convenciones Internacionales. Sin embargo, ya hay 388 nuevas sustancias psicoactivas que no tienen ningún tipo de fiscalización.
Los padres de familia y profesores en los colegios deben investigar y estudiar esta nueva realidad para ayudar a generar mayor consciencia y prevención. Los jóvenes podrían estar consumiendo y haciendo parte de esta perversa cadena de drogas sintéticas.
Ñapa: El nuevo Superintendente de Transporte Javier Jaramillo anda muy preocupado por un posible escándalo en los medios que saldría pronto, ya que es bien conocido su conflicto de interés por negocios que habría tenido con empresas de transporte en el Valle del Cauca. Sus cercanos colaboradores le han advertido que debe aclarar rápido los crecientes rumores.