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Analistas 24/06/2022

Se viene la aplanadora

Luego de una semana de avances en los anuncios del nuevo Presidente electo, podemos llegar a conclusiones de lo que nos espera en la siguiente administración. En el nuevo Congreso el Partido Liberal desequilibró a los demás movimientos políticos y se unió al Pacto Histórico, que ya contaba con los verdes y ahora son mayoría en Cámara y Senado. La oposición y partidos que se declaren independientes serán pura opinión, harán ruido, pero serán un saludo a la bandera. Petro tiene garantizadas las mayorías gracias a la adhesión de César Gaviria. No necesita gran esfuerzo para pasar las reformas que pretende. La única oposición se dará en los debates internos, en algunos medios de comunicación y, por supuesto, en las redes sociales con ciudadanos, influenciadores, bodegas y toda esa cloaca en la que se ha convertido esa tecnología.

En ese sentido el Pacto Histórico tiene otra ventaja: llevan años construyendo narrativas y estrategias digitales para aniquilar a los que piensen diferente con sicarios cibernéticos contratados para pulverizar a sus contrincantes. Lo que usaron en campaña lo van a seguir haciendo amparados en la neutralidad de la red y la internet oscura. Aplicará la “política del amor” pero solo para los que apoyen su causa. Los que no lo hagan enfrentarán miles de bots y trolls.

El único filtro que tiene la sociedad para que el paquete de leyes que van a aprobarse con esta aplanadora tenga algún tipo de sensatez será la revisión de la Corte Constitucional. Hay algunos magistrados de izquierda, pero en términos generales, al menos con el actual gobierno han demostrado que las decisiones no son unánimes y que se discuten caso a caso.

La procuradora Margarita Cabello y el fiscal Francisco Barbosa, al menos por los dos primeros años, son el contrapeso del gobierno. Cabello manteniendo la investigación al alcalde de Medellín, abiertamente afín al nuevo presidente, es un primer tiempo de lo que viene en cuestión de sanciones disciplinarias. Barbosa ya se pronunció ante el discurso de victoria de Petro y le bajó la caña con el tema de los “jóvenes de la primera línea”. Se esperan decenas de capturas de aquí al 6 de agosto. No sabemos todavía quién sucederá al contralor Felipe Córdoba, pero la elección depende de los congresistas en agosto. Ese capítulo lo tocaremos más adelante.

Tristemente un importante número de colegas se dedicaron al activismo en campaña y ahora se van a volver defensores de oficio del gobierno y unos pocos serán opositores. Todo eso está muy mal. Por culpa de ellos, la ciudadanía cada vez nos cree menos a todos. Un daño irreparable que beneficia al nuevo gobernante que desde su atril observará como quedó diezmado uno de los poderes históricos para confrontar gobiernos y destapar verdades.

Por último, nos queda la opinión y voz de más de 10 millones de colombianos que no votaron por el nuevo presidente. Es una fuerza política importante donde convergen pensamientos empresariales, de jóvenes, adultos y personalidades que por diferentes motivos no apoyan a la izquierda o la misma figura de Petro. Inclusive hay algunos líderes de ese sector como Jorge Enrique Robledo o Aurelio Suárez que son distantes a Petro y representan una izquierda diferente. En todo caso una lucha desigual contra la aplanadora.

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