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Hace cuatro años, el superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, expidió una circular informando al país de una novedosa normativa en donde empresas y entidades debían entregar la información relevante para construir el registro nacional de bases de datos. En un escrito de hace tres años, observábamos que el avance era bastante corto. Se señalaba en esa época de la necesidad de mayor promulgación para que los avances necesarios se vieran más rápidamente.
Con el cambio de gobierno, la “economía naranja” se volvió prioridad y el nuevo Superintendente, Andrés Barreto, ha avanzado significativamente en la tarea. En la actualidad, a nivel de empresa privada, la entidad cuenta con más de 70% de registros de las compañías de Colombia. El restante 30% tiene unas dificultades naturales, pero seguramente se irá dando en el mediano plazo. Las grandes empresas entregaron el registro, lo que permitió a la entidad entender los detalles y dificultades técnicas de administración, almacenamiento y monitoreo de la información.
El tema está bastante flojo a nivel de entidades del Estado. Hay animales de todo tipo en la fauna pública. Depredadores voraces, ratas, hienas, culebras y cucarachas inmundas. Los avances son muy pocos y a la fecha podríamos decir que la gran mayoría de secretarías, alcaldías, gobernaciones y otros despachos, ni se han enterado de la norma. Debemos recordar que cualquier funcionario que no haya avanzado en este proceso se expone a una eventual apertura de investigación, no solo en la SIC, sino también en la Procuraduría General de la Nación.
El registro es apenas una pieza del rompecabezas. La SIC ha sumado otros elementos a la nueva película. Las últimas normas se inspiran en una serie de cambios tecnológicos en la vida de las personas, que han obligado al regulador a meterse de lleno en mayor nivel de detalle en la Ley de Habeas Data. Los consumidores colombianos, debido a fallas de compañías digitales, son cada vez más conscientes de la importancia de la privacidad y la seguridad de su información personal. La Ley de Habeas Data per se es demasiado global y se tuvieron que expedir reglamentaciones verticales para cierto tipo de industrias. Con varias decisiones de la SIC, ahora los bancos no pueden llamar a los clientes en horarios no hábiles o las empresas no pueden enviar publicidad por intermedio de mensajes de texto invasivos, si los consumidores no las han autorizado. En próximos días se conocerá una circular en donde los influenciadores de redes sociales deberán ser más explícitos cuando una marca los contrate para una campaña. La normativa busca evitar fraudes, pirámides, productos engañosos y que los mismos influenciadores estén protegidos ante sus seguidores para efectos de peticiones, quejas y reclamos.
A mediano y largo plazo, el equipo de abogados, economistas y técnicos de la SIC buscan aterrizar la nueva realidad del Siglo XXI. Están diseñando normas para empresas Fintech, tecnología “Blockchain” y temas de dark web. Dos circulares recientes explican el marco regulatorio para el nuevo sector financiero y el manejo de la historia médica de pacientes del sector salud. Nos vamos a tener que acostumbrar a la palabra “interoperabilidad” entre bases de datos, un cuello de botella de las empresas, cuando tratan de llevar las cosas a la nube y digitalizar. Hay demasiados registros manuales de clientes en Excel. Cruzar archivos en esa herramienta es cosa del pasado.