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Analistas 23/07/2021

Sin lealtades

El espectáculo bochornoso de la elección de presidentes y vicepresidentes de Senado y Cámara deja grandes enseñanzas para los colombianos que buscan opciones políticas para 2022. Muchos de los nuevos y también de los antiguos votantes quedaron con un sinsabor después de que quedara en evidencia la existencia de acuerdos políticos que para millones de ciudadanos eran desconocidos. Las acusaciones de traición y rompimiento de acuerdos entre los partidos de oposición son desafortunadas y peligrosas.

Que un político haya perdido contra el voto en blanco del resto de colegas deja un mensaje contundente. Hay personajes que no llegarán, o no van a figurar, por diferentes motivos. Veremos a lo largo del camino muchísimos precandidatos que terminarán en la lona por algún error puntual. Hoy las redes sociales están imponiendo unas agendas con una capacidad de daño instantánea, o si no, pregunten a la dueña de la Feria Buró en qué terminó su evento, y cuántos clientes ya han anunciado que no volverán a la siguiente temporada.

Para los próximos meses, tanto en Congreso como para las presidenciales, tendremos una cantidad significativa de potenciales nuevos votantes. Este fenómeno de los debutantes democráticos no solo se dará por los que estarán estrenando la cédula. Creo que la polarización que vivimos desde hace años, y las opciones políticas que se van a presentar, invitarán a las urnas a muchos de los que nunca votan, los que engordan las lamentables cifras de abstencionismo de manera repetida.

El ciudadano que hoy está indeciso, el que busca alternativas, el que se ha denominado voto de opinión y no de partidos tradicionales, será muy grande. Los políticos ahora tienen mayor dificultad para cautivar a ese votante de opinión. La gente del común es cada vez más difícil de convencer. Los candidatos se enfrentan a ciudadanos nativos digitales, que se informan distinto, que piensan diferente y comparan rápidamente.

No somos ajenos a lo que pasa en Perú, Haití, Francia o Reino Unido. Con un clic estamos en línea con sitios de información tradicionales de otros lugares. Estamos hoy conectados con ciudadanos globales que buscan nuevas tendencias como la lucha contra el cambio climático, igualdad de género y la no discriminación hacia las minorías. En todos los países con dificultades económicas los ciudadanos del mundo han identificado a los charlatanes que prometen una cosa en campaña y luego llegan a las administraciones a hacer cosas de otra agenda. Uribe, Santos y Duque, solo por nombrar a los presidentes de este siglo, cayeron en esa dinámica.

En cuanto a congresistas, alcaldes y gobernadores hay decenas de ejemplos nefastos que los ciudadanos van anotando. La contienda para presidenciales, por ejemplo, traerá a la discusión las obras y ejecuciones que tuvieron los hoy candidatos en su época de alcaldes: Fajardo, Petro y Peñalosa no pueden desconocer ante los potenciales votantes, lo que hicieron o dejaron de hacer cuando estuvieron al mando. El historial no se puede borrar. La gente ya se dio cuenta que hay acuerdos ocultos, tal vez es preferible destaparlos y votar con toda la información, especialmente para no llevarse luego una sorpresa. Debemos partir del supuesto que todos los políticos juegan sin lealtades.

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