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Quiero dirigirme especialmente a los propietarios de empresa y miembros de juntas directivas, pues son ellos los que más requieren usar y poner en práctica el gobierno corporativo, toda vez que este concepto ayuda a garantizar el crecimiento, la rentabilidad y la continuidad empresarial.
El gobierno corporativo es uno de los procesos más importantes de cualquier empresa porque su diseño y su ejecución promueve la generación de la confianza, que surge de la toma de decisiones conscientes, objetivas e imparciales dentro de una organización.
El gobierno corporativo es un conjunto de procesos, normas y políticas que facilitan el gobierno de la empresa mediante la adopción de las decisiones fundamentales, así como la gestión del riesgo, la supervisión y el control de la gerencia general de la compañía.
Las decisiones fundamentales de una empresa son: la elección del futuro (estrategia), la definición de las formas organizativas (estructuras directivas), la dirección del que dirige (el CEO), el presupuesto y las inversiones (el dinero) y, especialmente, los temas relacionados con las atribuciones y derechos de decisión de quienes mandan (junta directiva, gerencia general y comités clave).
La supervisión y el control son facultades delegadas de los dueños de la empresa (la propiedad) a la junta directiva para que vele por el buen uso y correcta administración del patrimonio empresarial. Esto significa que la junta directiva, mediante políticas, información financiera y mecanismos de control interno, debe actuar con el deber fiduciario del administrador, es decir, como el principal responsable ante el dueño de una correcta administración de los recursos y de las decisiones de la compañía.
Tenemos una idea equivocada sobre el gobierno corporativo. Creemos que contar con un gobierno corporativo significa tener una junta directiva en funcionamiento. Esta idea está muy alejada de la realidad. El gobierno corporativo tiene la misión de convertir la empresa en una institución. Institucionalizar una empresa consiste en implementar una organización formal con procesos, procedimientos y políticas que vayan más allá de las emociones, caprichos, sesgos, deseos y pareceres de los dueños o de las cabezas de la empresa.
Por esta razón, el gobierno corporativo pretende ordenar y organizar la empresa en función de los principales procesos de la compañía desde el punto de vista institucional. Veamos lo que debe contener el gobierno corporativo de una empresa:
a. Sistema de planeación estratégica (objetivos, valores y políticas generales);
b. Sistema presupuestal (presupuesto, inversiones, usos del capital de trabajo);
c. Sistema organizativo (organigramas, cargos, funciones, procesos y responsables);
d. Sistema de control interno (auditorías, revisoría fiscal, cultura de autocontrol);
e. Sistema de gobierno (comités, decisiones fundamentales, alcances, rendición de cuentas).
El proceso de fortalecimiento del gobierno corporativo implica avanzar en formalizar la empresa de tal manera que cualquier persona pueda ser reemplazada, salir a vacaciones y, sobre todo, pueda ser removida sin que el proceso operativo sufra afectaciones. Se trata de preparar a las empresas para que funcionen mejor sin sus líderes fundadores o las personas que consideramos imprescindibles para la organización.
Formalizar significa poner por escrito los principios y políticas fundamentales de cada uno de los sistemas para que se conviertan en el instrumento de gestión de todas las áreas de la empresa.
Muchas de las empresas con las que trabajo como profesor y asesor son exitosas en su llegada al mercado. Venden y venden bien. Esto se refleja en un buen crecimiento y una prometedora proyección empresarial. Sin embargo, uno de los mayores lunares que observo es la debilidad en términos de gobierno corporativo. Son empresas informales, muy dependientes de sus dueños y muy caudillistas desde el punto de vista empresarial. En
consecuencia, es necesario construir empresas más institucionales, más organizadas en términos de sus estructuras directivas y de gobierno.