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Es necesario flexibilizar la regla fiscal. Desde el punto de vista de la teoría económica el gobierno del presidente Petro se podría calificar como un keynesianismo verde. Esta categorización combina dos dimensiones. Por un lado, la importancia de la intervención del Estado. Y, por el otro, la relevancia de los temas relacionados con la economía verde. De allí se deriva la aceptación de la incertidumbre, y el reconocimiento de la intertemporalidad cíclica. En ambos temas la visión de la escuela austriaca (Böhm-Bawerk, Mises, Hayek) es muy cercana a la de Keynes.
Este enfoque plantea una lógica de la planeación en donde prima la probabilidad de clase sobre la probabilidad de caso. La primera se centra en principios generales que tienen aceptación casi unánime. Se reconoce, por ejemplo, que la educación mejora la capacidad de los sujetos, además de cualificar su capital humano. Puesto que la educación es importante, el gobierno la debe apoyar. La probabilidad de clase se expresa afirmando que si la educación mejora habrá un efecto positivo en el desarrollo del país. Otros ejemplos de probabilidad de clase, podrían expresarse con frases de este tipo: “puesto que habrá terremotos se debe crear un fondo que permita responder de manera expedita a la urgencia”; “puesto que siempre se presentarán accidentes de tránsito, los automóviles y las motos deben adquirir el Soat”; “puesto que la contaminación de los ríos causa enormes daños ambientales, y dado que los costos marginales del tratamiento de agua van creciendo a lo largo del tiempo, es fundamental comenzar el proceso de purificación, actualizando las plantas de tratamiento de aguas residuales (Ptar)”.
A diferencia de la probabilidad de clase, la de caso pretende predecir hechos particulares, como el valor del dólar, o del petróleo en 2040.
Desde una perspectiva keynesiana, que acepta la incertidumbre, el marco fiscal de mediano plazo se debe construir sobre la probabilidad de clase bajo los siguientes principios.
Primero, reconocer la importancia de la responsabilidad fiscal, entendida como la financiación adecuada del gasto público. El desequilibrio fiscal se debe minimizar, bien sea a través de una reducción del gasto o de un incremento de los ingresos. Se trata, entonces, de reconocer una responsabilidad contracíclica. Aunque esta dimensión no se ha sido desvirtuada por el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf), sus alcances se han minimizado con los modelos lineales, que terminan ahogando las particularidades del movimiento cíclico.
Segundo, reconocer de manera explícita la incertidumbre en el sentido de Knight. A diferencia del riesgo, la incertidumbre no admite ningún cálculo de probabilidad, porque los eventos son únicos. Si el futuro es desconocido, la prospectiva no debería ser punto a punto, sino que debe proponer rangos. Se trata de aceptar de manera explícita que frente al futuro no sabemos. En lugar de pretender acertar en un valor específico, como el del dólar en 2040, parece más adecuado reflexionar sobre un rango de valores.
El movimiento cíclico le daría más flexibilidad a la política fiscal. y los márgenes permitidos por la regla fiscal serían más expeditos. Los movimientos no lineales llevan, de manera endógena, a una flexibilización de los déficit, así que el desbalance de hoy se expresa en un mayor crecimiento futuro.