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El reciente paro de transportadores es una invitación para pensar en los flujos de carga entre ciudades y puertos. Este es un asunto central de la geografía económica. El estudio del Sistema de Ciudades que coordinó Carolina Barco hace 10 años, pone en evidencia las potencialidades de las aglomeraciones, y muestra su capacidad para actuar como polos atractores. De allí se desprenden dos conclusiones. Por un lado, ninguna aglomeración se puede entender por fuera de las dinámicas de las ciudades cercanas. Y, por otro, esta visión intertemporal obliga a considerar las relaciones laborales, y los movimientos de carga y pasajeros como flujos, y no como stock.
El Plan de Desarrollo, Colombia Potencia Mundial de la Vida, rescata los principales mensajes del Sistema de Ciudades y por esta razón le da un lugar privilegiado a la geografía, tanto desde el punto de vista ambiental, como económico.
El paro de transportadores giró, principalmente, en torno al precio del diésel, que es apenas uno de los problemas. Y se hizo evidente en las discusiones que no habría problema si el transportador, a través de una buena implementación del Sistema de Costos Eficientes para el Transporte Automotor de Carga (SiceTac), le puede transferir el mayor precio al generador de la carga.
Los temas estructurales son, por lo menos, tres. Primero, el costo de la logística es elevado y golpea muy duro la productividad y la competitividad. De acuerdo con la Encuesta Nacional Logística del 2020, el transporte tiene un peso considerable en los costos logísticos. En el sector agropecuario representa el 37,1%, en la industria 20,1%, en la construcción 43,1%, en el comercio 29,8%, y en la minería 77,2%. En estas condiciones la industria nacional no puede ser competitiva.
El segundo asunto complejo tiene que ver con la necesidad de ampliar los diversos modos de transporte. De acuerdo con el Plan Maestro de Transporte Intermodal 2021-2051, la concentración actual en el modo carretero es inaceptable. Representa 82,3% de la inversión. Este porcentaje es altísimo comparado con algunos de los otros modos: el peso de los ferrocarriles apenas es de 1,08%, el de los aeropuertos del 8,8%, el de los puertos del 1,41%, y el fluvial 0,2%. En estos temas, el mayor error de prospectiva que cometió el país, ha sido el abandono de los modos férreo y fluvial.
El tercer tema, también complicadísimo, es el mejoramiento de la eficiencia de la cadena logística del transporte. No hay convergencia en los incentivos de los diferentes actores. Participan, por lo menos 5 tipos de agentes. 1) Los generadores y receptores de carga constituyen los puntos de partida y de llegada. Falta transparencia en la información y es necesario reducir los tiempos de cargue y descargue. 2) Las instancias proveedoras de servicios que facilitan la distribución incluyen las empresas transportadoras, las aseguradoras y todas las instituciones relacionadas con los servicios logísticos. 3) Las organizaciones, públicas y privadas, encargadas de la infraestructura. 4) Los gremios, que tienen la responsabilidad de pensar sus reivindicaciones desde la perspectiva del conjunto de la cadena. 5) Las instituciones gubernamentales que orientan, regulan y controlan. Estas entidades deben estimular las sinergias entre los agentes que participan en la cadena; mejorar los sistemas de información, y crear incentivos para que las empresas se formalicen.