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Bogotá ha tenido la fortuna de realizar encuestas de hogares, con alta cobertura, en los años 2011, 2014, 2017 y 2021. Gracias a este esfuerzo conjunto, regular y sistemático, de la Secretaría Distrital de Planeación y del Dane, se cuenta con información valiosa de la situación socioeconómica de Bogotá y de los municipios vecinos. La encuesta de 2021 tuvo una muestra de 107.199 hogares y 292.281 personas. Incluyó, además, a 21 municipios cercanos.
La encuesta se llama multipropósito porque examina dos dimensiones centrales: la capacidad de pago y la calidad de vida. La comparación inter-temporal permite examinar los cambios que se han presentado en las condiciones de vida de los hogares.
Entre las numerosas conclusiones que se derivan de la comparación de las encuestas, se destacan las siguientes.
Primero, en Bogotá las desigualdades han aumentado. Las diferencias de ingreso entre los deciles se han ampliado. La relación entre el decil 10 y el decil 1 D10D1 pasó de 12,71 veces en el 2011 a 16,26 en el 2021. La distribución del ingreso original ha empeorado. El Gini se amplió y subió de 0,54 a 0,62. Durante la pandemia los hogares pobres fueron los más perjudicados.
Segundo, la política fiscal ha mejorado en eficiencia, pero no alcanza a compensar las desigualdades derivadas del mercado. En las cuatro encuestas se examinó la incidencia de la política fiscal, entendida como la conjunción de los impuestos y los subsidios. El ejercicio consiste en comparar el ingreso original del hogar con el ingreso disponible, o el ingreso después de la política fiscal. En el 2011 la política fiscal redujo el Gini en 0,04 puntos, y en 2021 en 0,07. En todos los años la intervención pública mejoró las condiciones de los hogares más pobres, pero los avances no han sido suficientes para contrarrestar las desigualdades causadas por las dinámicas de la economía.
Estos logros distributivos se explican porque la estructura del impuesto predial es más progresiva, y porque la focalización mejoró de manera significativa. El acuerdo 756 de 2016 del Concejo de Bogotá aprobó tarifas del predial que dependen del avalúo catastral y que se mueven en un rango que va del 5,5 por mil, al 11,3 por mil. No obstante la bondad de la tributación y de la focalización, la distribución del ingreso disponible en el 2021 es peor que la de 2011.
Tercero, en Bogotá el costo de la vivienda ha subido de manera considerable. En los 10 años del análisis, el gasto en vivienda aumentó, en precios constantes, 79%. En el promedio, en pesos constantes, el gasto mensual del hogar en vivienda, pasó de $688,8 miles en 2011 a $1,2 millones en 2021. Esta tendencia preocupa porque disminuye la capacidad de pago de las familias, que se ven obligadas a restringir el consumo de otros bienes necesarios y, además, presiona procesos migratorios hacia los municipios vecinos.
Cuarto, no hay convergencia entre las localidades de Bogotá, ni entre los municipios. Sería ideal que con el paso del tiempo disminuyeran las diferencias en las condiciones de vida. Las dinámicas no son convergentes. Uno de los objetivos de la Región Metropolitana debería ser la búsqueda de convergencia. Este ideal no se ha logrado. Basta mencionar las enormes brechas que existen entre Soacha y Chía. Esta desigualdades son inaceptables y la política pública debería contribuir a su disminución.