ANALISTAS 31/01/2025

Creando la tormenta perfecta

El drama humano que se vive por parte de los habitantes del Catatumbo es inenarrable, se han registrado más de 100 asesinatos premeditados cometidos a la vista de las comunidades, padres clamando para que no sean ajusticiados sus hijos y viceversa, mujeres destruidas viendo cómo asesinan a sus esposos; los medios de comunicación registran el caso de una niña que enmudeció desde el día que vio cómo asesinaban a su padre, además, decenas de heridos y casi 40.000 desplazados de sus hogares completan el cuadro dantesco.

El presidente Petro se preguntó: ¿Cómo llegaron allá los refuerzos del ELN quienes cometieron la masacre? ¿Cómo se desplazaron desde Arauca hasta el Catatumbo sin ser detectados por la inteligencia militar? La respuesta es clara, se trasladaron por los estados fronterizos de Venezuela, Apure y Táchira, protegidos por la Guardia Nacional venezolana, su socio natural.

Es bueno recordar que, en el último congreso del ELN, esta agrupación subversiva proclamó como uno de sus compromisos: la defensa de la Revolución Bolivariana.

Después de estos hechos de barbarie, que aún no cesan, el presidente Petro se comunicó con el dictador Maduro para acordar una estrategia conjunta contra el ELN. Qué ingenuidad la de nuestro gobierno, a sabiendas que el régimen de Venezuela es el gran protector de ese grupo y su país, el santuario de esos terroristas. Lo que se logrará con esta acción compartida, es que el cartel de los soles compuesto por generales venezolanos, mantengan informado al ELN de la estrategia de inteligencia y de cada paso que den nuestras tropas.

La situación del Catatumbo, en donde el ELN y las disidencias de las Farc se pelean a sangre y fuego el dominio de este territorio, puede repetirse en otras regiones, pues es el efecto de la patente de corso que este gobierno le entregó a los grupos subversivos y a las comunidades para que siembren sin restricciones coca y marihuana, con la promesa de que nuestra fuerza pública no los molestará.

Para este año, el presupuesto del Ministerio de Defensa sufrirá un recorte anunciado de $700.000 millones lo que los dejará en una situación precaria; sumado a lo anterior, las pésimas relaciones que ha resuelto tener el presidente Petro con el presidente Trump y que casi nos lleva a la ruina de la economía nacional el último fin de semana de enero, producirá que se acabe la ayuda militar generosa que hemos recibido cada año del gobierno americano, sin la cual no se habría contenido el avance de los subversivos años atrás, ni el proceso de paz que se llevó a cabo con las Farc.

De haberse concretado el aumento de los aranceles a los productos colombianos, en 50% que anunció Trump, el efecto hubiera sido devastador, Colombia exporta 30% de sus productos a los Estados Unidos, US$13.000 millones, acabar con este mercado de un solo tajo hubiera representado una ola de cierre de empresas y la pérdida de miles de empleos.

Lo mejor es que el presidente Petro quien a tiempo rectificó su posición apresurada de impedir la llegada de los deportados colombianos desde Estados Unidos, modifique su posición respecto al gobierno americano, tienda puentes y entienda que ha sido durante décadas nuestro socio comercial y militar.