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La semana anterior, la financiera JP Morgan redujo la calificación del conjunto de acciones de Ecopetrol (ADR) en 30% de su valor, un golpe muy fuerte para las finanzas de la empresa y mayor aún para sus accionistas. Varias han sido las causas que influyeron en esta decisión de recomendar que no se adquieran las acciones de Ecopetrol: una de ellas, el entorno político turbio que vive el país y la anarquía que causan los grupos terroristas, en especial el ELN, que, aprovechando la política de tolerancia de la paz total, destruye violentamente tramos de oleoductos.
Sumado a esto, la decisión del gobierno de revertir las medidas anunciadas para desmontar los subsidios del diésel, a raíz de la presión del paro camionero que demostró, una vez más, el talante populista de un gobierno al vaivén de los grupos de presión. Otra causa que pesó al momento de devaluar el precio de la acción de Ecopetrol por parte de la calificadora de riesgos internacional, fue el desistimiento de Ecopetrol de participar con su socio OXY en la compra de 100% de las acciones de la compañía Crow Rock, de la cual Ecopetrol adquiriría 30% de las acciones, lo que representaría para la petrolera nacional un aumento en su producción diaria de 65.000 barriles de crudo y un incremento de sus reservas probadas en 212 millones de barriles de petróleo y más gas natural.
Este negocio, que tenía el beneplácito de los directivos de Ecopetrol y de los miembros de su junta directiva, habría representado grandes beneficios para el país, especialmente en la realización de proyectos sociales. El negocio, sobre cuyos beneficios había consenso general, se abortó por decisión del presidente Petro, para quien primó su ideología anti extractiva. Bien los resumió el presidente de a OXY, socio de Ecopetrol en este negocio, Vicky Holub: “Ecopetrol estaba muy interesada en entrar a este negocio, para ampliar con OXY las operaciones de fracking, pero ha dejado muy claro el presidente Petro al mundo, que está en contra del petróleo, del gas, del fracking y de los Estados Unidos, con este ataque prácticamente sacó a Ecopetrol del negocio”.
La acción de Ecopetrol que, en 2022, cuando asumió Petro, valía $3.000, hoy se cotiza a $1.840. La política de oposición del presidente Petro a las economías extractivas ha causado pérdidas cercanas a 200.000 empleos en el sector de hidrocarburos, porque su decisión de no suscribir nuevos contratos de exploración y explotación ha producido la migración de las petroleras, la terminación de sus planes de crecer, la imposibilidad de la llegada de nuevos inversionistas y la cancelación de futuros proyectos sociales porque disminuirá mayormente su fuente de financiación.
Estamos de acuerdo con las energías limpias, pero su transición hacia ellas no puede pretender hacerse de manera abrupta causando graves daños a los ingresos fiscales y a la inversión social. ¿Con qué recursos vamos a reemplazar ese 30% de los ingresos de las exportaciones totales que representan las de hidrocarburos? El populismo es la peor manera de gobernar para causar estragos a la situación económica y social de los colombianos.
