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Las imágenes de campesinos regalando papa o vendiéndola a precios extremadamente bajos a las orillas de las carreteras, es el llamado desesperado de los paperos en el país, quienes, debido a los bajos precios de este tubérculo, atribuido a la caída del consumo, la especulación de los intermediarios y las importaciones, entre otros factores, se han visto obligados a regalar su producción para evitar la pérdida del alimento.
Si bien la crisis del sector no es un tema nuevo, en estos últimos meses de pandemia, la problemática ha escalado nuevas dimensiones, intensificando la afectación de la producción en el país. Con ventas por bulto desde $7.000, los pequeños productores se sienten agobiados por los precios a la baja que han caído hasta 70% y que amenazan con quebrar sus negocios.
La producción papera que se encuentra concentrada principalmente en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Nariño y Antioquia, beneficia a más de 100.000 familias colombianas que se dedican a este cultivo en 283 municipios, según cifras del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. Son estas familias del campo, las que hoy se encuentran pidiendo de manera desesperada ayuda al Gobierno Nacional y a todos los colombianos para lograr la supervivencia del sector.
Siendo Colombia el tercer país productor de papa en Suramérica y el número 32 a nivel mundial es contradictorio que anualmente se importen toneladas de este alimento y no se le brinden garantías a los productores nacionales. Mientras que al país entran anualmente más de 54.000 toneladas de papa precocida congelada, equivalentes a 135.000 toneladas de papa fresca, nuestros campesinos no encuentran a quien venderle sus cosechas.
Con ventas que se encuentran muy por debajo de los precios de producción y pérdidas que promedian $25.000 por bulto, los paperos piden al ejecutivo que se establezcan nuevas políticas para favorecer al gremio, con las que se logren mejorar los precios y se resuelva el problema en su oscilación, que mantienen los intermediarios, convertidos en la piedra de tropiezo del sector por la posición de abuso en la que se encuentran. Además, solicitan que se priorice la producción local manteniendo los derechos antidumping de la papa.
Aun cuando el Gobierno Nacional, en cabeza del Ministro de Agricultura, Rodolfo Zea, anunció la entrega de subsidios a cultivadores de papa por $30.000 millones, los campesinos consideran que esta ayuda es insuficiente para resolver los graves problemas y dificultades de un sector que requiere soluciones estructurales para el corto, mediano y largo plazo.
Desde la Comisión Quinta del Senado, hemos insistido al Gobierno Nacional no escatimar en esfuerzos y estrategias para salvaguardar a los productores de papa; con la ejecución de nuevas acciones para el ordenamiento en la producción, la implementación de procesos agroindustriales para conservar y almacenar el producto, así como también el refuerzo y la ampliación de las medidas antidumping.
Es urgente sumar esfuerzos para proteger y transformar la actividad papera en el país, los colombianos tenemos un producto local de calidad, muy superior al que se importa desde Europa, aumentar el consumo de papa es uno de los principales respaldos que necesita el sector y el apoyo por el que claman miles de familias campesinas en Colombia.