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La intermitente crisis económica, que revive cada tantos años en Argentina desde la irrupción de los gobiernos populistas, se tropezó esta vez con la inesperada llegada de la pandemia mundial del covid-19, un explosivo cóctel que está sumiendo en la miseria al segundo territorio más grande de América del Sur. En medio de esta lamentable realidad, es necesario que en países vecinos como Colombia, generemos reflexiones para aprender las lecciones del fallido modelo socialista, que algunos pretenden seguir reproduciendo, a través de sofismas.
Del que fuera el país más rico del mundo, a finales del siglo XIX y principios del XX, sólo quedan los históricos recuerdos de haber estado, en materia económica, por encima de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y las demás potencias. La buena posición de la que gozaban en aquellos tiempos los argentinos, fue aniquilada por sucesivos gobernantes que con políticas disfrazadas de justicia social fueron socavando la economía.
En el último siglo, Argentina pasó de tener una economía abierta a una cerrada, desconectada del comercio internacional, que con los años ha fortalecido el modelo mercantilista y socialista. La poca consistencia en las políticas macroeconómicas implementadas los ha mantenido en un bucle de inflación crónica y fuerte crisis, que hoy persiste ante la insistencia de un modelo evidentemente disfuncional e insostenible.
Tras tres años de recesión; una inflación que cada mes registra nuevos récords, el último de ellos en septiembre que se ubica en 52,5%, según el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec); el constante impago de la deuda soberana; la vertiginosa devaluación del peso argentino; y las escandalosas cifras, que revelan que más de cuatro de cada diez argentinos están sumidos en la pobreza, el pesimismo sobre el futuro del país es la constante en la sociedad.
El 70% de los jóvenes entre 16 y 24 años tiene el deseo de emigrar, de acuerdo con la encuesta realizada por la Universidad Argentina de la Empresa (Uade) y la consultora Voices, las pocas oportunidades de desarrollo profesional y las limitadas perspectivas económicas del país, son las principales razones para que los jóvenes se quieran radicar fuera de Argentina. En una sociedad invadida de lamentos que lucha por sobrevivir, con sueldos que no alcanzan para los alimentos y las necesidades básicas, los jóvenes han perdido la esperanza de que se pueda lograr una pronta recuperación.
Mientras que las principales economías del mundo empiezan a avanzar en la carrera por la recuperación, Argentina no alcanza los mejores pronósticos. Según la Ocde, será el país que menos crecerá en 2022. Una realidad que deja muchos aprendizajes respecto a las fallidas políticas populistas, que han permeado en la región.
La reprochable estrategia de dividir a un país, sembrando odios y descontentos ha sido el método utilizado en América Latina para afianzar el fenómeno populista. La grave crisis social, política y económica de Argentina refleja, de manera precisa, las temibles consecuencias que tiene este modelo para un país. No nos cansaremos de rechazar con vehemencia esta nefasta herencia ideológica que ha destruido grandes sociedades en el mundo. Los colombianos tenemos que estudiar la historia para no repetirla.
Hacemos votos para que la situación de nuestros hermanos argentinos mejore y que en las elecciones legislativas que se realizarán este domingo 14 de noviembre, se logre la conformación de un Congreso que busque consensos a favor del pueblo, por encima de cualquier nuevo engaño populista.