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El recrudecimiento del invierno está dejando en evidencia, una vez más, las deficiencias que tenemos en la gestión del riesgo y la adaptación a la nueva realidad climática. La alta vulnerabilidad que mantenemos ante los eventos generados por las lluvias y el sombrío panorama que se avecina, nos exige repensar las acciones de prevención y preparación que se están realizando en el país para mitigar el impacto del cambio climático.
Si bien la recién creada Comisión Técnica Nacional Asesora para la Variabilidad Climática, con la que el Gobierno busca hacer seguimiento a las políticas, planes y actividades diseñadas para gestionar los riesgos de desastres ocasionados por los fenómenos climáticos en el país, representa un avance en este largo camino de lucha, son muchas las acciones que se requieren para dar la batalla y salir lo mejor librados posible.
Los devastadores eventos registrados durante agosto, un mes que tradicionalmente presenta lluvias leves, constatan el caos climático que se está presentando en Colombia. Según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), el pasado mes, las lluvias que causaron afectaciones en 142 municipios de 26 departamentos del país, lamentablemente cobraron la vida de 6 personas y dejaron heridas a 8 más. En cuanto a las cifras de damnificados no existe un cálculo exacto debido a que las inundaciones, crecientes súbitas y los vendavales, aumentan tras las horas, dejando a su paso un trágico balance que se encuentra lejos de ceder.
Entre los departamentos más afectados por estas lluvias están: Cundinamarca, Antioquia, Norte de Santander, Santander, Meta, Sucre, Córdoba y Magdalena, siendo los de la Costa Caribe los más perjudicados. Solo en la subregión de La Mojana, las crecientes de los ríos Cauca y Magdalena tienen en alerta roja a siete municipios de Córdoba, Sucre, Bolívar y Antioquia. Con justa razón los habitantes reclaman las obras prometidas años atrás para darle fin a esta situación que se agudiza con el tiempo.
Existen muchas dudas sobre las intervenciones realizadas por la Ungrd en sectores como Cara de Gato, en San Jacinto del Cauca, para el reforzamiento del dique de protección de la orilla de la margen izquierda del río Cauca, que resultaron insuficientes y una gran pérdida de dinero. Hoy miles de familias se encuentran bajo el agua, tratando de salvar lo poco que les queda, mientras que el Ideam anuncia la inminente llegada del fenómeno de La Niña, que se extenderá hasta diciembre.
Ante la magnitud del problema, en la Comisión Quinta del Senado hemos citado a debate de control político a los ministros de Agricultura y Desarrollo Rural, de Ambiente y Desarrollo Sostenible, los directores del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), el Departamento Nacional de Planeación (DNP), el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), y especialmente al señor director general de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Eduardo José González Angulo; para que le expliquen a los colombianos sobre la gestión adelantada frente a la emergencia invernal que sufre el país, específicamente lo referente a las inversiones realizadas en la región de La Mojana y sus alrededores.
Tragedia tras tragedia estamos comprobando de forma devastadora, que no nos estamos adaptando a la variabilidad climática.