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Con motivo de su convención anual, Asobancaria -con el patrocinio de Corficolombiana- invitó al premio Nobel de economía Cristopher Pissarides con el fin de discutir el tema de la informalidad laboral y los retos y oportunidades de la economía basada en conocimiento.
Pissarides recibió el premio del Banco Central de Suecia en memoria de Alfred Nobel en 2010 junto a Peter Diamond y Dale Mortensen por su contribución en el análisis del mercado laboral. El modelo Diamond-Mortensen-Pissarides, como ahora se le conoce, analiza las implicaciones de tener un mercado laboral que no funciona como un mercado descentralizado donde un precio único equilibra la oferta y demanda, sino un mercado donde trabajadores y empresas se encuentran de forma bilateral y negocian los beneficios que se producen una vez se forma la relación laboral empleado-empleador.
Una de las enseñanzas más importantes que se desprenden de los trabajos de Pissarides es que la creación de nuevo puestos de trabajo es una de las piezas fundamentales del mercado laboral y juega un papel de primer orden en el ciclo económico.
Las recesiones, a primera vista, parecen ser períodos donde aumentan los despidos y por tanto el desempleo. La imagen de trabajadores despedidos a las afueras de una empresa cerrada durante una crisis económica es para el observador casual el resumen visual de una recesión. No obstante, los trabajos empíricos inspirados en los trabajos de Pissarides muestran que las recesiones tienen un efecto más imperceptible pero incluso más costoso: una reducción dramática en la creación de nuevos empleos. Si algo nos enseña la literatura en la que Pissarides ha sido pionero es que las grandes fluctuaciones de desempleo se explican por cambios en la creación de empleo y los incentivos que las empresas tienen para crear nuevas vacantes y puestos de trabajo.
En esta dimensión la visita de Pissarides a Colombia resulta oportuna. Las cifras de empleo de los últimos meses han venido mostrando un importante deterioro. De acuerdo a los últimos datos publicados por el Dane, la tasa de desempleo nacional alcanzó 10,3% en abril; 0,9 puntos porcentuales más alta que la del mismo mes del año pasado.
Al analizar las fuerzas detrás del aumento del desempleo se observa que el empeoramiento de dicho indicador no se explica por un aumento de la participación laboral -lo que sería consistente con un deterioro de las cifras laborales explicado por un aumento de los inmigrantes venezolanos-, sino por una reducción en la tasa de creación de empleo. De hecho, el número de ocupados en el país se redujo en abril 3,4% con respecto al mismo del año pasado - la tasa de contracción de empleo más alta desde noviembre de 2008.
La falta de crecimiento en el número de empleos resulta ser el gran lunar en el proceso de recuperación económica. El aumento del salario mínimo de 6%, que en términos reales puede llegar a ser de 2,5%-3% este año, puede estar detrás de los malos resultados en materia de empleo.
Es importante que avancemos en la construcción de un consenso sobre la prioridad que debe tomar en la agenda de políticas públicas medidas encaminadas a incentivar la creación de empleo. La pasada Ley de Financiamiento les dio a los empresarios varias herramientas concretas para aumentar su inversión en capital. Necesitamos políticas análogas pensadas en la creación de empleo.