MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Aunque los conceptos de izquierda y derecha tienden a sobresimplificar y reducir la dimensión de las discusiones, son útiles en la medida en que facilitan la comunicación y están arraigados en tensiones propias de la naturaleza humana y las dinámicas sociales. En términos amplios, a la derecha se le identifica con la defensa de las libertades y la propiedad privada, la priorización de la eficiencia y la búsqueda de una participación limitada del Estado en las relaciones de mercado. Por otro lado, a la izquierda se le asocia con la búsqueda de la equidad mediante la intervención del Estado en la vida económica y social. Esta caracterización descansa de cierta forma en la tensión inherente entre equidad y crecimiento.
En los últimos años, y después de un período prolongado de liberalización de mercados tras la caída del Muro de Berlín, el péndulo político ha girado hacia la izquierda en muchos países. La crisis global financiera de 2008 generó como respuesta una demanda de muchos ciudadanos por políticas que pusieran la desigualdad y la regulación en el centro de la discusión. Otros puntos que han ganado protagonismo en el debate ideológico global han sido el cambio climático y la migración. Muchos partidos de derecha, en particular en Europa, han adoptado una postura antimigratoria en respuesta a la preocupación de sus votantes por el efecto económico, social e identitario de los flujos migratorios. En dicho continente, la izquierda más radical, preocupada por el libre mercado, en muchas ocasiones ha terminado con propuestas no tan disímiles, haciendo que los extremos más radicales de ambos espectros tengan insólitamente varios puntos de encuentro.
En estas discusiones ideológicas, en particular en países desarrollados, el tema de la seguridad aparece frecuentemente como subproducto del tema migratorio o geopolítico, entendiendo que, en muchos países occidentales, la discusión izquierda-derecha es posterior a la noción del Estado como agente monopolizador de la violencia. Muchos jóvenes de América Latina, inspirados en los debates ideológicos en Estados Unidos y Europa, importan argumentos de la izquierda de esos países, sin detenerse en temas relevantes para nuestros países. En Colombia, por ejemplo, se ha creado una asociación de seguridad con la derecha política. No obstante, la seguridad de los ciudadanos, que en un país como el nuestro están muchas veces a merced de grupos ilegales violentos, no debería ser una cualidad de políticas públicas de una parte del espectro, sino la condición bajo la cual opera cualquier Estado Moderno.
Resulta paradójico que algunos representantes de la izquierda de nuestro país pongan particular énfasis en temas como la distribución de ingresos, pero no mencionen con especial énfasis la falta de políticas de seguridad y la violencia como uno de los factores más relevantes a la hora de pensar en trampas de pobreza, falta de oportunidades y baja movilidad social. Muchas familias colombianas están marcadas por historias de violencia, donde el conflicto ha truncado sus sueños y sus proyectos de vida. La inseguridad no solo empeora la distribución de ingresos, sino que tiene un costo para la sociedad en su conjunto: reduce la inversión, el empleo y el crecimiento. La falta de seguridad no es un tema de izquierdas o derechas, es un tema de todos.