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La Junta Directiva del Banco de la República decidió en su reunión de la semana pasada de forma unánime dejar las tasas de interés de intervención en su actual nivel de 4,25%. Con esta decisión se completan 16 meses de tasas estables, la racha más larga sin cambios en las tasas de intervención desde que se usan como el principal instrumento de política monetaria. Y todo apunta a que esta racha de tasas estables continúe en lo que resta del año.
Si bien son varios los elementos detrás de este pronóstico, el principal argumento a favor de una senda estable de tasas de política es el equilibrio de fuerzas entre una economía que crece a un ritmo menor al esperado, pero mayor al del año pasado, y una inflación en aumento debido a choques transitorios de oferta, que van más allá de lo que la autoridad monetaria busca y puede controlar.
Lo paradójico de este balance es que en la actual coyuntura, el Ministro de Hacienda y el Gerente del Banco de la República se encuentran, cada uno y por razones distintas, en el lado opuesto de la calle que usualmente transitan. El Ministro de Hacienda no ha sido tímido respecto a su apuesta de mayor crecimiento para este año. El pronóstico de crecimiento para 2019 del Ministerio de Hacienda es de 3,6%, mayor al del consenso de analistas y al del equipo técnico del Banco de la República, recientemente revisado a la baja a un 3%. En el caso que el Ministro exhorte por una reducción de tasas, tendría que darles la razón a sus críticos, reconociendo de forma explícita que la economía necesita un estímulo adicional y que el país no está creciendo al ritmo optimista con el cual se han construido las cuentas fiscales.
Por el otro lado, el Gerente del Banco de la República ha enfatizado en varios escenarios que la economía no está creciendo a la velocidad inicialmente anticipada. No obstante, el reciente aumento de la inflación, no sólo no le ha dado la razón a su inicial optimismo que sugería que la inflación cerraría el año en línea con la meta puntual de 3%, sino también ha reducido el espacio para promover un mayor estímulo monetario.
Las proyecciones actualizadas del Banco de la República sugieren que la inflación terminará el año en un nivel ligeramente superior a 3,5%, y si bien la inflación básica, -que excluye entre otros rubros, el de alimentos, que es el principal responsable del aumento de precios en la actual coyuntura- se encuentra cercana a 3%, una inflación en aumento le cierra las puertas a la posibilidad de una reducción de tasas.
Más allá de esta discusión, la liquidez mundial impulsada por las expectativas de menores tasas de interés en Estados Unidos, ha tenido un efecto importante en las tasas de interés de los mercados locales. Las tasas de interés de la curva cero cupón, las tasas que pagan los títulos de deuda pública ajustadas para aislar el efecto de los cupones, ha caído de forma significativa en lo corrido del año. La tasas cero cupón de un año han caído 46 puntos básicos en lo corrido de 2019, mientras las de la referencia a 10 años lo han hecho en 96 puntos básicos, con lo cual la curva de tasas ha experimentado un aplanamiento. Esto muestra que si bien las tasas del Banco de la República han estado estables, los mercados están experimentando un impulso monetario debido en buena parte al cambio de postura de la Reserva Federal de los Estados Unidos y al influjo de portafolios asociado a dicho cambio.