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PROGRAMA: COMMENT LR
ANALISTAS 01/11/2024

Biodiversidad e infraestructura

José Joaquín Ortiz García
Presidente de Joyco

En la COP16, Susana Muhamad, ministra de Ambiente de Colombia, llamó a un “pacto con la naturaleza,” un enfoque que exige que el desarrollo de infraestructura se alinee con la preservación ambiental. Este llamado, en sintonía con la visión global promovida por la Federación Internacional de Ingenieros Consultores (Fidic), busca que los proyectos no solo minimicen su impacto ambiental, sino que aporten beneficios netos a la biodiversidad. En el contexto colombiano, esta noción resulta crucial debido a la riqueza de sus ecosistemas, y presenta una oportunidad para que el sector en mención lidere en la adopción de prácticas sostenibles que aseguren un desarrollo respetuoso con el medio ambiente.

Proyectos recientes en el país, como el Puerto de Aguadulce en Buenaventura y el viaducto El Gran Manglar, demuestran que es posible construir de forma sostenible. En Aguadulce, prácticas de reforestación de manglares y un sistema de tratamiento de aguas han protegido el ecosistema marino. El viaducto El Gran Manglar, a su vez, minimizó la afectación sobre el manglar al reducir un 97% del impacto ambiental, al generar una compensación ecológica con la siembra de nuevos manglares y actividades ecoturísticas con las comunidades. Sin embargo, para consolidar este tipo de enfoque en todo el sector, Fidic ofrece recomendaciones que abarcan desde la planificación hasta la operación, que promueven que cada fase del ciclo de vida del proyecto aporte al medio ambiente.

Primero, Fidic enfatiza el uso de soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración de ecosistemas y la reforestación de áreas degradadas en los sitios de infraestructura. Esta estrategia permite que proyectos como carreteras o puertos en Colombia integren manglares, humedales y áreas forestales, al crear sumideros de carbono y promover la regeneración de hábitats esenciales. Esto va en línea con los objetivos de carbono neto cero, al promover que cada proyecto aporte de forma activa al medio ambiente.

Además, Fidic destaca la optimización en la selección de materiales sostenibles. La incorporación de materiales de bajo impacto, como cemento con aditivos de baja emisión y asfaltos reciclados, y la priorización de materiales locales ayudan a reducir la huella de carbono asociada al transporte y la producción. En países con rica biodiversidad como Colombia, este enfoque minimiza la alteración de áreas naturales, a la vez que mejora la eficiencia energética de los proyectos.

Otra estrategia es la construcción modular y fuera del sitio, una técnica que reduce el desperdicio y limita el impacto en el entorno natural, especialmente útil en áreas protegidas. Esta metodología se basa en la fabricación de componentes de infraestructura en ubicaciones controladas para luego ensamblarse en el lugar definitivo, lo que minimiza la interferencia en ecosistemas delicados y reduce los tiempos de construcción.

Para garantizar que la infraestructura mantenga un impacto positivo durante su operación, Fidic recomienda la implementación de mantenimiento predictivo. Este enfoque prolonga la vida útil de lo construido y evita su desgaste prematuro, al reducir la necesidad de construir nuevas estructuras. Al emplear maquinaria de bajas emisiones y monitorear el estado de los componentes de la infraestructura, los operadores pueden evitar reparaciones y reconstrucciones innecesarias, lo que protege a largo plazo el medio ambiente y asegura la sostenibilidad de los proyectos.

Otro aspecto clave en la infraestructura comprometida con el entorno es la aplicación de evaluaciones de carbono en todas las fases del ciclo de vida del proyecto. Las herramientas de modelación permiten contabilizar el carbono incorporado en materiales, la energía utilizada en la construcción y las emisiones durante la operación y el mantenimiento. Al gestionar el carbono de forma activa desde el diseño hasta la operación, las empresas en Colombia pueden alinearse con los compromisos nacionales e internacionales de descarbonización.

Finalmente, Fidic insta a que las infraestructuras se restauren o reciclen al final de su vida útil. En lugar de demoler y reconstruir, prolongar el uso de estructuras existentes o reutilizarlas evita la alteración de nuevos hábitats, conserva recursos y promueve una economía circular.

Esta práctica, alineada con los objetivos de sostenibilidad, reduce el impacto ambiental y contribuye a la resiliencia de los ecosistemas locales.

El llamado de Susana Muhamad y las recomendaciones de Fidic ponen de relieve el papel de las empresas de consultoría en Colombia, posicionándolas como aliados estratégicos en la preservación de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático.

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