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En los últimos años, las empresas de consultoría en ingeniería que operan en el sector de la infraestructura han seguido dos caminos distintos para su evolución y crecimiento: el desarrollo interno o crecimiento orgánico y la consolidación mediante fusiones y adquisiciones. Ambos modelos han demostrado ser válidos y exitosos, aunque con enfoques y retos particulares.
El crecimiento orgánico se caracteriza por el desarrollo gradual de las capacidades internas de una empresa, sin recurrir a la adquisición de otras firmas. Este enfoque permite que la cultura corporativa permanezca intacta, que los valores de la empresa se mantengan y que los procesos se ajusten a las necesidades de los clientes y al propio equipo. Un ejemplo claro es Atkins, multinacional británica, que durante gran parte de su historia creció de forma controlada mediante la especialización en sectores como la infraestructura y el diseño, y acumuló una sólida reputación global antes de ser adquirida por SNC-Lavalin en 2017.
Este enfoque ofrece ventajas importantes, como el control sobre los procesos y la posibilidad de preservar la independencia, lo que permite a las empresas mantenerse fieles a su misión sin las complicaciones de integrar nuevas culturas empresariales. Sin embargo, también presenta limitaciones, ya que la expansión suele ser más lenta y las empresas deben competir con grandes conglomerados que se expanden más rápidamente a través de adquisiciones. En un mercado en constante evolución, donde la tecnología y la demanda de servicios especializados cambian rápidamente, depender únicamente del crecimiento orgánico puede significar perder oportunidades clave.
Por otro lado, la consolidación mediante fusiones y adquisiciones ha ganado protagonismo como una estrategia para crecer de manera rápida y efectiva. Este enfoque permite a las empresas aumentar su presencia geográfica, diversificar sus servicios y adquirir experiencia en áreas clave sin tener que construir estas capacidades desde cero. Es aquí donde empresas como Pini Group se destacan. Esta compañía suiza ha crecido significativamente en los últimos años a través de la compra de firmas en mercados clave. A través de adquisiciones como la de Geodata en Italia, Pini ha podido expandirse a más de 20 países y fortalecer su presencia en áreas como la ingeniería geotécnica y la energía.
La consolidación tiene el claro beneficio de acelerar el crecimiento y permitir una expansión global en sectores estratégicos. Las empresas que optan por esta vía pueden ofrecer una gama más amplia de servicios y entrar en nuevos mercados sin los largos plazos que implica el crecimiento orgánico. Además, las adquisiciones permiten a las firmas beneficiarse de la experiencia y los contratos ya existentes de las empresas adquiridas, lo que puede traducirse en un crecimiento más rápido de los ingresos.
Sin embargo, esta estrategia también enfrenta retos importantes. Uno de los más notorios es la integración de las culturas organizacionales. Cada empresa tiene su propia forma de trabajar, y lograr que los equipos de diferentes geografías y con distintas culturas colaboren de manera eficaz es fundamental para el éxito a largo plazo. Además, la consolidación requiere una gestión cuidadosa de los aspectos fiscales y regulatorios, especialmente cuando se expande a múltiples jurisdicciones con normativas locales diversas. Estos desafíos no son menores y requieren de gran liderazgo para que se gestionen adecuadamente.
En los últimos años, en foros de la Federación Internacional de Ingenieros de Consulta (Fidic) se ha resaltado la creciente tendencia hacia la consolidación en el sector de la ingeniería. La presión para competir en un mercado global y la necesidad de ofrecer servicios integrales han llevado a muchas firmas a optar por fusiones y adquisiciones como una forma de mantenerse relevantes y competitivas.
Tanto el crecimiento orgánico como la consolidación mediante adquisiciones son estrategias válidas para las empresas de consultoría en ingeniería. Sin embargo, la tendencia actual claramente favorece la consolidación, impulsada por la necesidad de adaptarse rápidamente a las demandas del mercado global. A medida que las firmas continúan expandiéndose a través de adquisiciones, deben estar preparadas para enfrentar los desafíos que esta estrategia conlleva. La capacidad de adaptación determinará qué empresas lograrán consolidarse como líderes globales en el sector.