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La sostenibilidad de las empresas de ingeniería en Colombia merece reconocimiento. Estas firmas son clave para planear, diseñar, construir, operar y mantener la infraestructura del país, en un entorno donde las instituciones a menudo frenan el desarrollo. Los recientes ganadores del Premio Nobel de Economía 2024, Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson, han destacado cómo las instituciones impactan la prosperidad de las naciones, una reflexión especialmente relevante para entender los retos que estas empresas enfrentan en Colombia.
En su investigación, estos académicos exploran por qué algunos países alcanzan mayor prosperidad que otros, señalando cómo las instituciones surgidas en sistemas coloniales de explotación, como en gran parte de América Latina, han perpetuado desigualdad y bajo desarrollo. En Colombia, este análisis se refleja en las estructuras que aún hoy rigen sectores claves como el de la infraestructura.
Instituciones poco transparentes, procesos de contratación vinculados al clientelismo y políticas públicas inconsistentes son algunos de los factores que frenan el avance.
Acemoglu, Johnson y Robinson subrayan la importancia de fortalecer instituciones inclusivas y democráticas para fomentar el crecimiento económico sostenible. Sin embargo, en Colombia, las firmas de ingeniería enfrentan un sistema institucional que, con frecuencia, no favorece la competitividad ni la transparencia. A pesar de la inseguridad jurídica, la presión de los entes de control, las dificultades presupuestales de las entidades públicas y los retrasos en los pagos, estas empresas siguen desempeñando un papel crucial en el desarrollo del país.
La Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI) ha sido una defensora incansable de los intereses de este sector, al abogar por procesos de contratación más justos y señalar los múltiples obstáculos que enfrentan las firmas constructoras, concesionarias, consultoras y proveedoras en la cadena de valor de la infraestructura. La labor de la CCI es esencial para mejorar las condiciones operativas de estas empresas y generar conciencia sobre los desafíos que enfrentan año tras año.
El estudio de Acemoglu y sus colegas nos invita a reflexionar sobre el impacto que estas condiciones institucionales tienen en el crecimiento de Colombia. La falta de un marco institucional confiable se traduce en retrasos en proyectos, sobrecostos y una asignación ineficiente de los recursos, lo que afecta directamente la competitividad del país. Sin embargo, a pesar de estos problemas, las empresas de ingeniería en Colombia han demostrado una notable resiliencia. Cada año, superan los desafíos del entorno y siguen brindando servicios de calidad que contribuyen significativamente al desarrollo de la infraestructura.
Estas firmas no solo logran mantenerse en el tiempo a pesar de las circunstancias, sino que impulsan el crecimiento económico y regional. Su capacidad de adaptación y su compromiso son pilares fundamentales para el país. Sin un sistema más sólido y transparente, las oportunidades para estas compañías serán limitadas, y con ello, el progreso de Colombia. Apoyar y fortalecer su labor es vital para el futuro del país.
PD: Feliz aniversario 46 a Joyco SAS BIC.
