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Entre este 2021 y 2022 estará ejecutándose uno de los planes de reactivación económica más ambiciosos que haya tenido Colombia. Esta estrategia integral del Gobierno Nacional busca superar los graves efectos económicos y sociales derivados de la pandemia del coronavirus en el país y abarca diversos sectores económicos y sociales; no obstante, uno de los ejes más importantes, y que agrupa un volumen significativo de recursos, es el del agua y saneamiento básico. Para entender la dimensión de esta apuesta, son más de 185 proyectos en esta materia a lo largo y ancho del territorio nacional, lo que significará una inversión superior a los $2,6 billones.
Con recursos tan cuantiosos, la vigilancia debe ser un imperativo y, en este sentido, los pliegos tipo serán un antídoto contra la corrupción que es consecuencia de un coctel nefasto de falta de transparencia, complejidades técnicas e ineficiencia. Esto nos permitirá, además, romper esa falsa disyuntiva entre velocidad y transparencia, logrando un equilibrio saludable entre celeridad, calidad, resultados y certeza de que los recursos públicos están cuidados con altos estándares.
Contrario a los llamados “pliegos sastre”, diseñados a la medida de un proponente particular, los pliegos tipo establecen lineamientos estandarizados con los que se definen las condiciones habilitantes y los factores técnicos y económicos, entre otros, para la escogencia objetiva de contratistas. Esta pluralidad permitirá tener empresas competitivas que operen en condiciones óptimas y atendiendo a rigurosos criterios de eficiencia para garantizar obras bien hechas, con condiciones óptimas y que le representen a los colombianos una mejor calidad de vida. Igualmente, se acabarán los sobrecostos, obras inconclusas y contratos orientados a intereses particulares para pagar favores entre políticos y privados
Que Colombia adopte los pliegos tipo para obras de infraestructura en agua y saneamiento es un hito histórico que se suma a la lucha por la equidad y la transparencia. Inicialmente esta modalidad fue implementada en la contratación de obras de infraestructura de transporte logrando unas transformaciones muy positivas, como el hecho de haber pasado de tener un 88% de procesos contractuales con un solo proponente a tener un promedio de entre 33 y 44 proponentes por proceso.
Ahora el sector del agua y el saneamiento básico adoptará los pliegos tipo bajo la modalidad de llave en mano, lo que significa que, además de la selección imparcial, el contratista se encargará de hacer los estudios y a la vez ejecutar las obras.
La implementación de los pliegos tipo en la licitación y ejecución de obras en materia de agua y saneamiento básico tendrá varias ventajas. Resalto tres: En primer lugar, hará los procesos más transparentes por la pluralidad de oferentes y la claridad de la información; en segundo lugar, acelerará de manera cuidadosa los procesos que a veces son innecesariamente largos y burocratizados, logrando menores tiempos, tanto para la estructuración de los procesos de selección al interior de las entidades contratantes, como para la confección de las ofertas a cargo de los proponentes y, en tercer lugar, reducirá los costos de transacción al generar mayor certidumbre para todas las partes, tanto al Estado como a los contratistas.
Todos estos esfuerzos que se realizan y que deben contar con el concurso de todos los colombianos, nos permitirá avanzar en la superación de los efectos del coronavirus y, además, en la meta a 2030: el acceso universal al agua potable en toda Colombia.