A trabajar por Colombia

Se puede afirmar que la dinámica económica se compone de factores objetivos que son medibles y otros de carácter subjetivo o emocional, que no son objeto de medición. Bajo esta consideración, es necesario que se trabaje en fortalecer estos dos para generar una senda de inversión que se traduzca en un mayor dinamismo de nuestra actividad económica que genere mayor crecimiento y, con esto, una mejora en las condiciones de vida de la población.

Al observar los factores objetivos, es necesario hacer un llamado al Gobierno Nacional para que se tomen medidas que dinamicen la inversión pública, para lo cual es indispensable acelerar la ejecución del presupuesto y se requiere contar con funcionarios técnicos con experiencia. De igual manera, los flujos de recursos destinados a los contratos para la construcción de infraestructura deben estar garantizados y se deben honrar los contratos y las vigencias futuras. Introducir criterios políticos en los aspectos técnicos entorpece el funcionamiento y hace mas ineficiente el actuar del Estado.

Igualmente, existen sectores que resultan sensibles a las señales dadas por el Gobierno Nacional, tal y como ocurre con la construcción de vivienda, donde como se ha mencionado hasta el cansancio, la caída que se presentó el año pasado resultó dramática con una contracción de 45% en ventas y de 38,5% en licenciamientos, en gran medida por la modificación en la asignación de subsidios a través del programa “Mi Casa Ya” acompañado esto, por las altas tasas de interés que se observaron a lo largo del año con el fin de contener la inflación. En este sentido, para reactivar el sector, la solución resulta sencilla, sólo basta con volver a los criterios de asignación de recursos que venían funcionando. Esta decisión le dará un impulso al sector. De otra parte, destinar recursos para el subsidio a la tasa de interés a través del Frech y ampliar el programa para personas que devenguen hasta 4 salarios mínimos, permitirá que se presenten menos desistimientos, garantizará que se inicien nuevos proyectos y se cuente con una política contra-cíclica que adicionalmente, es gran generadora de empleo. Lo que funciona no se cambia.

En cuanto a los factores emocionales, resulta absolutamente necesario moderar el lenguaje y acabar con la polarización, el país necesita, esperanza, tener certeza en las reglas de juego y confianza en las instituciones. El Gobierno tiene que dar un mensaje claro de respeto por el sector productivo, por la iniciativa y el capital privado. Resulta imperativo su compromiso con el apego a la ley, el respeto por la separación de poderes y por las decisiones judiciales. Es de aplaudir la labor que han desempeñado las Altas Cortes, defendiendo nuestro Estado de Derecho y sus logros. Se necesita un discurso contundente de apoyo a la fuerza pública, de defensa de la seguridad y respeto por los medios de comunicación.

Por su parte, los empresarios deben sacar a relucir su talante y no posponer las inversiones, no pueden dejar su capital parqueado esperando milagros, deben arriesgar, creer en Colombia y su gente, generar empleo, mostrar sus resultados, sus avances y excepcionales aportes a la sociedad. Ellos son más de lo que la gente piensa, más fuertes y resilientes, incluso capaces de sobrevivir a un gobierno adverso, ellos si saben generar riqueza y prosperidad.

En este momento, es cuando más se requiere de un sector privado comprometido con el país, que se muestre orgulloso de sus aportes en todos y cada uno de los sectores. Son ellos quienes jalonan nuestra economía, construyen nuestras viviendas e infraestructura, quienes han sido exitosos en la prestación de la salud y han llevado a los ciudadanos los servicios públicos. Hoy necesitamos que se levanten y lo muestren con hechos, se dediquen a invertir y a seguir trabajando. Deben confiar en nuestras instituciones. Solo así lograremos salir de este momento en que nuestra economía está estancada, necesitamos generar crecimiento y prosperidad.