.
Analistas 15/03/2023

El debate de la inflación

Juan Alberto Londoño Martínez
Ex viceministro de Hacienda

Se está hablando que este año la inflación alcance niveles cercanos a 9% y que solo hasta 2025 se esté llegado a la meta esperada

De manera acertada el Banco de la República ha venido aumentando su tasa llevándola hasta 12,75% con el loable propósito de disminuir el apetito de consumo y de esta manera contener la inflación que hoy se ubica en 13,28% y afecta en mayor medida a las personas de escasos recursos. Distintos factores internos y externos nos han llevado a esta situación que contrario a lo que manifiesta el señor presidente no ha encontrado techo.

La crisis internacional por la invasión de Ucrania y el problema en la cadena de suministros que encuentra su origen en la pandemia, cuyos efectos aún perduran, pueden entenderse como los factores importados de esta alta inflación. Sin embargo, internamente le hemos venido poniendo bastante leña al fuego para que el fenómeno se agudice y se prolongue en el tiempo por encima de nuestros similares. En efecto, el paro de 2021 produjo efectos en la canasta familiar por el lado de los alimentos que produjeron una consecuencia suficientemente documentada. Nuestra fuerte devaluación que no se compadece frente a la de nuestros pares y que como lo dijo el exministro Mauricio Cárdenas en el peor de los casos nuestra tasa de cambio debería estar cercana a los $4.000 por dólar, también han contribuido fuertemente a nuestra elevada inflación. De igual manera, el sinnúmero de anuncios que implican mayor gasto público e incertidumbre en los mercados ha generado una mayor percepción de riesgo que agudiza la situación.

Igualmente, decisiones como el aumento en el salario mínimo que se han venido dando en los últimos años por encima de la inflación y de la productividad observada sin justificación técnica, han contribuido a generar una espiral alcista en los precios. Lo anterior se suma al anuncio de la reforma laboral que incrementará el costo de la mano de obra y en consecuencia de la producción de bienes y la prestación de servicios, lo que acarreará un alza significativa en el costo de vida y una mayor desaceleración económica adicional al efecto en la tasa de ocupación y de informalidad.

De otra parte, fenómenos como el que está ocurriendo en el sector vivienda, que bien documentó el exvicepresidente German Vargas, en el que las elevadas tasas de interés, la escasez de recursos para los subsidios y la proyectada contracción de 40% en las ventas de nuevas viviendas, limitará el acceso a las mismas al incrementar sus costos, muestran un panorama desalentador con un fenómeno inflacionario más prolongado de lo esperado y con efectos más profundos de los calculados. Se está hablando que este año la inflación alcance niveles cercanos a 9% y que solo hasta 2025 se esté llegado a la meta esperada.

En medio de esta situación de elevada inflación, nulo crecimiento y una política sostenida del Banco de la República de contraer la demanda vía alza en las tasas de interés, el sistema financiero, en su gran mayoría, tomó la decisión de disminuir drásticamente las tasas para el crédito de consumo de bajo monto. Sin duda una decisión audaz desde el punto de vista político puesto que muestra un compromiso con las personas de escasos recursos para que puedan acceder a bienes y servicios considerados de primera necesidad. Sin embargo, esta decisión va en contravía de la política fijada por el Banco Central e inevitablemente puede tener riesgos en el control de la inflación y resultar contraproducente para el mismo sector de la población al cual va dirigido, al mantener y prolongar la senda inflacionaria que tanto los afecta.

Grandes retos afrontan las autoridades económicas del país, especialmente el Gobierno Nacional en cabeza del ministro de Hacienda, que debe mantener la confianza de los inversionistas y así frenar la salida de capitales en especial aquellos que compran deuda pública, pero más importante, debe oponerse a las medidas propuestas por sus colegas que aumentarían la inflación y los costos laborales. Por su parte, el Banco de la República deberá aumentar aún más las tasas de interés en aras de evitar una falsa confianza en los consumidores que los lleve a endeudarse y a presionar la inflación al alza.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA