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Analistas 18/08/2021

La jugada maestra

Juan Alberto Londoño Martínez
Ex viceministro de Hacienda

La adquisición por parte de Ecopetrol de la mayoría accionaria de ISA, es quizás la movida empresarial más importante que se haya tomado por parte del Estado en mucho tiempo o tal vez en su historia. El Gobierno acaba de efectuar una jugada maestra, teniendo en cuenta que esta compra representa grandes beneficios para las dos compañías y para el país.

Analicemos esta operación. Ecopetrol es la empresa petrolera más grande del país y la Nación es su accionista mayoritario con más de 88%, ha tenido en los últimos años una gran reingeniería haciéndose más competitiva y eficiente en sus costos, ha iniciado un proceso de búsqueda de fuentes alternativas de energía y se enfrenta al reto más grande que es la transición energética, la cual ya inició y tiene como fuente de financiación los recursos provenientes de la explotación petrolera.

Es importante indicar que la implementación de la transición energética y la búsqueda de otras fuentes de energía, generará una disminución importante en el uso de los hidrocarburos y, en consecuencia, menores ingresos para la empresa y para la Nación. Es por esto que, de no haberse tomado la decisión que se adoptó, la joya de la corona podría desaparecer.

Sabiamente la junta directiva de Ecopetrol buscó, al hacerse con la mayoría de ISA, en primer lugar, diversificar el negocio y expandir la compañía hacia su objetivo de transformación en empresa integral de energía y, en segundo lugar, una fuente de ingresos estable y confiable no sujeta a los vaivenes de la industria de los hidrocarburos y diversificando el riesgo. Recordemos que ISA es una de las más grandes multinacionales de transmisión eléctrica en América Latina, con inversiones adicionales en infraestructura y energías renovables entre otras, otra joya.

Para la Nación es un negocio redondo; recibirá más de $14 billones para atender la inversión que el país necesita en esta coyuntura sin dejar de ser el dueño de ISA, porqué como se mencionó, es el accionista mayoritario de Ecopetrol y, adicionalmente, reorganizó y optimizó sus activos consolidándolos en una holding energética con importantes perspectivas de crecimiento y con mayor presencia internacional.

Existen quienes mencionan que la Nación pudo haber recibido más recursos por ISA en caso de que esta hubiera salido a una puja en el mercado; alegan que su valor hubiese sido mas alto. Esto es cierto, pero esos análisis parten del hecho de que ISA dejaría de ser de la Nación con lo cual, se perdería el control sobre un activo estratégico para el país y el poder de decisión frente a un servicio esencial, como lo es la transmisión eléctrica. ¿Se imaginan a ISA en manos de extranjeros? No existió privatización.

Ahora bien, para garantizar que esta operación sea un éxito rotundo, se debe conservar la independencia de ISA, proteger a los accionistas minoritarios y fortalecer el gobierno corporativo de ambas compañías. Por suerte, al estar inscritas en bolsa se garantiza su estricto control. Igualmente, deben protegerse y fortalecerse los planes de expansión e inversión de cada una de ellas.

El riesgo más grande y frente al que mayor cuidado debe tener la Nación, es no descuidar la iniciativa privada y que la balanza no se incline únicamente hacia los intereses de Ecopetrol en desmedro de las empresas particulares que compiten con esta compañía y, que por su posición dominante pueden encontrarse en desventaja. Se debe fomentar y promover la inversión privada, evitando tratos preferenciales y fortaleciendo la regulación para que no existan abusos de la posición dominante que ésta ostenta.

Por último, los recursos que recibirá la Nación producto de este negocio deben entenderse y tratarse como ingresos extraordinarios y no pueden en ningún caso destinarse a sufragar gasto recurrente. Deberían únicamente dirigirse a la formación bruta de capital que será la forma en la cual seguirán generando valor.

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