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Riesgo país es el nivel de riesgo al invertir o al prestarle dinero a un país, específicamente evalúa el tipo de circunstancias que pueden afectar de manera negativa las ganancias o el valor de esas inversiones o préstamos. Dentro del riesgo país, se analizan varias condiciones, entre ellas las políticas (o riesgo político) que juegan un papel preponderante en un país como Colombia donde el Gobierno participa en casi todas las actividades económicas.
Obviamente, la posibilidad de un gobierno de Gustavo Petro aumentaría el riesgo país para los inversionistas y tenedores extranjeros de la deuda colombiana de manera significativa, ya que sería un gobierno que representaría una amenaza seria contra la democracia, contra las libertades y derechos individuales (como la libertad de opinión o el derecho a la propiedad) y contra las reglas de juego de una economía de mercado y abierta a la competencia nacional e internacional. Así como el riesgo país es uno de los criterios que utilizan los extranjeros para decidir si invertir o no en Colombia, si prestarle o no dinero al gobierno o al sector privado y a qué precio, o si es el momento de liquidar lo invertido y salir; también puede ser una herramienta útil para todos los colombianos que elegiremos un nuevo presidente durante este semestre. Deberíamos preguntarnos: ¿Qué tan riesgoso sería un gobierno de Petro para cada uno de nosotros desde el punto de vista económico?
Es ingenuo pensar que los únicos afectados con un gobierno Petro serían los 4.000 colombianos que según él van a pagar impuestos. La verdad es que todos y cada uno de los 50 millones de colombianos seríamos afectados desde el punto de vista económico, y los más triste es que a menor ingreso o patrimonio, mayor sería la afectación. Y no es algo hipotético, desafortunadamente tenemos un ejemplo real y contemporáneo donde una mala elección destruyó la economía de una nación y empobreció a 30 millones de venezolanos.
Los efectos (negativos) de un gobierno Petro se sentirían más en el mediano plazo, pero incluso en el corto plazo (primer año de gobierno) es posible: una devaluación significativa del peso colombiano (afectando de manera directa a todos los que disfrutan de vacaciones en el exterior o necesitan importar productos o servicios extranjeros); un aumento importante de la inflación y por consiguiente un encarecimiento generalizado de productos y servicios para todos, lo que afectaría más a las clases de ingresos medios y bajos; una posible caída de los precios inmobiliarios y por lo tanto afectando el patrimonio de todos los que son dueños de propiedad raíz; un alza del desempleo y afectando a los sectores con menores ingresos y menores niveles educativos. El Banco de la República muy seguramente aumentaría las tasas de interés para combatir la inflación y vendería una parte importante de las reservas para combatir la devaluación, pero están medidas harían poco cuando el verdadero problema estaría sentado en la Casa de Nariño. Y muy seguramente para enfrentar ese desastre económico, Petro le echaría gasolina (aumento del gasto público a través del endeudamiento) al fuego, y por lo tanto creando una situación peor.
Personalmente, soy optimista y creo que Petro será derrotado en la segunda vuelta en junio. No hay candidato perfecto, pero hay buenas alternativas en las dos alianzas de centro y de una de ellas saldrá el candidato que le compita a Petro en junio.
Todos los colombianos tenemos el derecho al elegir el próximo presidente, pero también tenemos la responsabilidad de elegir bien y defender nuestra democracia. La democracia colombiana ha estado bajo amenazas serias en el pasado cuando los carteles del narcotráfico y las guerrillas intentaron tomarse el poder a la fuerza. En esas ocasiones militares, policías, periodistas, políticos, fiscales y procuradores la defendieron con sus vidas. Esta vez la amenaza se quiere tomar el poder engañando a votantes ingenuos y esta ruta, aunque no es violenta como en el pasado, sería igual de destructiva.
Y los que no quieran defender nuestra democracia por el interés colectivo, deberían al menos hacerlo por el interés individual, el “riesgo país” de un gobierno Petro sería demasiado alto para todos y cada uno de los colombianos. Ojalá cada uno evalúe su propio riesgo económico antes de votar.
Todos los colombianos tenemos el derecho al elegir el próximo Presidente, pero también tenemos la responsabilidad de elegir bien y defender nuestra democracia.