Caso de sostenibilidad energética

Desde hace unos años, en Colombia venimos hablando de reducir la huella de carbono y de empezar a contar con energías limpias para evitar el calentamiento global, que viene afectando duramente gran parte del territorio nacional.

La realidad es que cada vez necesitamos más fuentes de energía renovables no convencionales, los que llamamos fotovoltaicos (luz solar) o eólicos (generación por viento). Más cuando debemos aprovechar las condiciones de nuestro país, el cual, según el Estudio: Integración de las energías renovables no convencionales en Colombia, desarrollado por la Upme, cuenta con unas condiciones muy favorables para el desarrollo de este tipo de proyectos. Un ejemplo de esto es que recibimos el 30% más de radiación solar por su ubicación geográfica, respecto a países líderes en proyectos de energías renovables.
Es así que, enclavado al norte de Bogotá, me encontré con un hotel que además de renovar todas sus instalaciones, le dio un giro de 180 grados a su sostenibilidad. El Richmond Suites Hotel, con 24 años en operación y una inversión de $2.000 millones en la modernización de sus instalaciones, hoy es el primer hotel y me atrevería a decir, que la única empresa en el país, 100% auto sostenible energéticamente.

“Son aproximadamente 400 paneles solares los que el hotel bogotano Richmond Suites instaló en su fachada y techo, los que le permiten generar el 130% de la energía que requiere para su operación diaria. Ese excedente del 30% lo comercializa a la red de Codensa, lo que a parte de generar un beneficio ambiental y de ahorro en recursos, le significará al hotel a mediano plazo, un beneficio económico en sus ingresos. Ser autosostenible y responsable con los recursos es un buen negocio”, así lo afirmó Francia Ballesteros, gerente general del hotel capitalino.

Y es que además de generar su energía de forma limpia, también es el primero en lograr eliminar su emisión de CO2, dejando de emitir anualmente 34.000 kg de dióxido de carbono, lo que es equivalente a conducir 270.168 kilómetros en automóvil o al impacto positivo que generaría plantar 1.785 árboles cada año por una década.

El primer ejemplo palpable y uno que demuestra que este tipo de proyectos son posibles de desarrollar. Además, el Richmond Suites Hotel pasa de ser una empresa auto sostenible en un 100%, a ser un productor de energía, inyectándole a la matriz energética un 30% de lo que genera, para la venta a Codensa.

Ese modelo debería ser replicado en Colombia por los industriales en sus fábricas o negocios, ya que desde 2014 se cuenta con una reglamentación con múltiples beneficios para poder adoptar este tipo de proyectos. Sin embargo, y viendo el fracaso de Hidroituango, el Gobierno por fin volvió la mirada a este tipo de estándar energético; pero como todo en este país, debe suceder una catástrofe, haber una situación calamitosa o una mala construcción para que las autoridades tomen en serio a algún sector.
Este sector hoy tiene un alto dinamismo, y cuenta con empresas que han apostado en Colombia para el impulso de las energías renovables no convencionales, como la multinacional Yingli, que cuenta con más de 24GW en todo el mundo, en más de 100 países. “El potencial de Colombia en el desarrollo de energía fotovoltaica es uno de los mayores de Latam. Existiendo condiciones climáticas favorables y un nivel de población acorde”, comenta Marisol Neira, country manager de Yingli para Colombia.

Ejemplos que las energías renovables no convencionales son el camino a seguir para cubrir la demanda energética del país, en donde no solo nos quedemos en una sola planta de energía fotovoltaica como la que actualmente funciona en el municipio El Paso (Cesar), con capacidad para producir 176 GW/año, sino que también las empresas privadas tomen el modelo que actualmente tiene Richmond Suites Hotel, no solo de ser auto sostenible, sino que se conviertan en generadores para la matriz energética.