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Una particularidad de nuestro país es que cada cierto tiempo ocurre algún acontecimiento que queda para la posteridad por lo desconcertante y absurdo.
Un amigo tiene un dicho algo irónico que repite cuando sucede algo así: “Colombia nunca defrauda”.
El 17 de julio de 1968 fue uno de esos días memorables. Invitaron a Pelé y a su equipo, el Santos, para jugar un partido de exhibición contra la Selección Colombia en el estadio El Campín de Bogotá. El partido estaba caliente y el estadio a reventar. Finalizando el primer tiempo, el árbitro no sancionó una pena máxima a favor del Santos y todo el equipo se le vino encima. Ante el reclamo de Pelé, el juez tomó una decisión inesperada: expulsarlo del partido. Y se armó la de Troya.
Recordé este suceso cuando salió el fallo que prohibió a Uber seguir operando en Colombia por incurrir en actos de competencia desleal frente al servicio que prestan los taxis. Indudablemente, una cosa es el reglamento del fútbol -y no sabemos qué le dijo Pelé al árbitro para que lo expulsara-, y otra muy distinta la legislación de un país como entramado jurídico que no sólo establece los derechos y deberes de millones de ciudadanos, sino que también cuenta con todas las herramientas e instancias para definir en cada caso lo que más le convenga al bien común.
Dadas las circunstancias actuales, es un contrasentido que la normativa vigente obligue a tomar este tipo de acciones contra una plataforma, cuando se está promoviendo a lo largo y ancho del territorio nacional la adopción de nuevas tecnologías -apalancadas en todas las posibilidades y beneficios que ofrece la Industria 4.0- para favorecer la transformación digital y la economía colaborativa en todos los estamentos de la sociedad.
La aparición de nuevos modelos de negocio disruptivos que se está dando en todos los sectores de la economía es imparable y, precisamente, uno de los grandes retos globales que plantea este fenómeno es la reglamentación de la innovación, no su prohibición.
“Hace seis años fuimos los primeros en ofrecerle a Colombia una alternativa de movilidad innovadora y confiable. Hoy, Colombia es también el primer país del continente en cerrarle las puertas a la tecnología”. Con este duro mensaje anunció Uber la suspensión de sus operaciones, lo que demuestra que la legislación actual se quedó corta ante las nuevas soluciones disruptivas y que el Gobierno tiene en sus manos una gran oportunidad para definir las políticas que impulsarán el país hacia el desarrollo tecnológico.
¿En qué acabó la expulsión de Pelé? En medio de la pelea, el árbitro terminó fuertemente golpeado y tuvo que ser reemplazado por otro que, a su vez, no tuvo más remedio que anular la expulsión de Pelé y autorizar su regreso a la cancha, pues los 50.000 espectadores que fueron al estadio comenzaron a protestar airadamente porque habían pagado costosas entradas para ver al mejor jugador del mundo. Al final, el Santos ganó 4-2 y la gente regresó feliz a su casa. Y así como sucedió con Pelé, Uber volverá al partido. Definitivamente, Colombia nunca defrauda.