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No entiendo porque seguimos pensando que la paz pasa por el acceso a la tierra. No discuto que sea un factor pero, en mi opinión, uno cada vez menos importante. Puede que esa haya sido la causa principal de nuestra violencia hace 50 años cuando no había coca y cuando mas de 50% de la población colombiana era rural, pero no hoy que estamos inundados de esta planta y cuando menos 20% de la población vive en el campo. La paz pasa por ponerle coto al narcotráfico, negocio tan lucrativo como destructor, que bien sea, desplaza campesinos, o los recluta para su causa. La paz pasa también por darle al campesino una alternativa real a la coca y a la economía agrícola de subsistencia, que no hace si no perpetuar la pobreza campesina. Hasta que no entendamos que más que regalar cosas lo que debemos es facilitar posibilidades, no romperemos el círculo de pobreza y no frenaremos las economías ilegales.
Sin duda existe concentración de la propiedad. Sin embargo, para mí ese no es el problema de fondo. El problema es la explotación deficiente, la falta de acceso a mercados y la narcotización del campo. Hay mucha tierra en manos de narcos y de corruptos lavando plata mal habida, que en vez de ser comprada por el Estado, debería pasar por un proceso de extinción de dominio.
El remedio de comprar o expropiar tierra debidamente adquirida para crear minifundios puede ser peor que la enfermedad de la concentración. ¿Por qué? Porque cualquier explotación de la tierra al fin y al cabo es una actividad económica, y una actividad económica para tener éxito debe ser eficiente, o sea, debe poder producir al menor costo posible. Es una quimera pensar que una unidad agrícola sola produzca al menor costo. Para eso se requiere tecnología y más importante aún, escala. Como dirían algunos, el tamaño sí importa. Al menos que lo que quieran nuestros líderes es que la tierra sea un simple medio de subsistencia unifamiliar.
¿Entonces, cuál puede ser la solución para reducir la pobreza en el campo y darle a los campesinos una alternativa viable al minifundio empobrecedor o a la coca? Esquemas de asociación empresario - campesino. Cuando el campesino sea el dueño de la tierra se debe propiciar la conformación de cooperativas que agrupen predios para una explotación a gran escala que atraiga grandes capitales. En esos casos los empresarios se asociarían con las cooperativas campesinas para desarrollar grandes extensiones de tierra.
Cuando la tierra sea del terrateniente se podrían establecer incentivos positivos y negativos - positivos: subsidios, reducción de impuestos, créditos blandos, etc. o negativos: impuestos elevados, multas, inhabilidades, etc., para motivar al propietario a asociar a los campesinos de la zona a proyectos agrícolas. Un esquema de asociación lograría verdaderas empresas que puedan acceder a mercados nacionales e internacionales exitosamente, generar economías de escala y conseguir capital para tecnología de punta. La realidad es que si no vemos el desarrollo del campo con una visión empresarial, no lograremos nunca convertirnos en esa despensa alimenticia que tanto soñamos. A ver si de una vez por todas dejamos de enfrentar al empresario con el campesino para alinearlos como verdaderos socios. Si a unos les va bien, a todos les va bien.