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No hay duda de que la música, el cine o el arte que elige una generación ayuda a definir su visión sobre el mundo, sus convicciones y su estilo de vida. Desde hace un par de años, resulta sorprendente el inmenso interés de la Generación Z (1998-2015) hacia la serie de televisión norteamericana ‘Friends’. Esta serie, que se emitió originalmente entre 1994 y el 2004, estaba dirigida a la Generación X (1964-1980), que sentía una identificación natural hacia los personajes con situaciones y experiencias que los representaban.
La serie hoy sigue siendo un fenómeno global indudable. Ha llegado a más de 200 países y sus capítulos se han consumido unos 100.000 millones de veces. El crecimiento de la audiencia en los últimos años ha llevado a HBO a producir en abril de este año un reencuentro con los seis famosos amigos. La audiencia ya ha alcanzado niveles históricos: uno de cada tres hogares en Estados Unidos con acceso a televisión en ‘streaming’ lo ha visto.
Pero lo que sigue siendo interesante analizar es, ¿qué hay en común entre la generación adolescente de hoy y un grupo de amigos neoyorquinos, con trabajos y relaciones comunes y una vida fundamentalmente análoga? La respuesta parece ser un mundo más simple. Una vida con un nivel moderado de estrés, siempre con la posibilidad de llegar a un café y reunirse con amigos. Finales de los 90 y principios de este siglo era un tiempo con menos angustia, sin smartphones, sin criptomonedas, sin tweets y sin aplicaciones que miden los pasos. Desde luego, sin pandemia, y sin las presiones que hoy tiene quien se incorpora al mercado laboral.
No olvidemos que el mundo de ‘Friends’ era el mundo previo a la crisis de 2008. Había una visión mucho más optimista del futuro. Y aunque algunos apartes de la serie hoy podrían sonar machistas, discriminatorios o inapropiados, se trataba, para muchos, de un mundo con más calidad de vida. Quizás porque tampoco vivíamos en un mundo tan polarizado y había mucho menos sensibilidades hacia los chistes sobre ciertos temas.
Algunos dirán que todo el fenómeno es simplemente el resultado de que hoy se pueda ver en ‘streaming’. Otros dirán que es una buena comedia que siempre tendrá público. Pero quizás uno de los temas que más impacta son los testimonios de una Generación Z con grandes presiones, que confiesa que ‘Friends’ le ayuda a manejar los niveles de ansiedad. Algunos le reconocen una función curativa, capaz de mejorar el ánimo y elevar los niveles de optimismo.
Sus creadores explicaban recientemente en una entrevista que todo el origen de la idea para la serie partió de la definición de “ese momento de la vida en la que los amigos son la familia”. Es justamente ese período de la vida el que los jóvenes ven hoy más amenazado. No olvidemos que la pandemia en países como Estados Unidos, obligó a un 52% de los jóvenes a regresar a vivir con sus padres. Por eso ‘Friends’, que a principios de este siglo reflejaba la vida diaria, hoy representa una aspiración. La pasión por ‘Friends’ puede ser una declaración contundente sobre los temores y deseos de una generación que vive niveles históricos de ansiedad, temor y aislamiento, y que enfrenta el futuro laboral más difícil del que tengamos memoria. Una generación para la cual el simple hecho de pasar tiempo con amigos pareciera hoy un verdadero lujo.