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En Colombia uno de los principales obstáculos para los pequeños y medianos empresarios, en gran medida emprendedores, es el acceso al crédito y su capacidad para generar liquidez en sus negocios. El ecosistema de emprendimiento colombiano no tiene suficientes mecanismos ágiles y confiables para acceder a recursos que hagan sostenible sus operaciones y un constante flujo de caja para pago de nóminas, funcionamiento en momentos de crisis, respaldar la demora en el pago por parte de los clientes y pagar obligaciones e imprevistos de manera oportuna.
Por esto, las pequeñas y medianas empresas que representan el 96% del tejido empresarial colombiano terminan optando, en muchos casos, por acceder a préstamos informales como Gota a Gota o préstamos a terceros a tasas por encima de la tasa de usura. De aquí se desprende la necesidad de fomentar herramientas de fácil acceso para las empresas colombianas. Como respuesta a esto, y para fortuna de los empresarios que viven al día, aparece el factoring social como el aliado ideal para que las empresas puedan solucionar sus problemas de liquidez sin tener que acceder a mecanismos informales que incluso rayan con la ilegalidad.
El factoring social le permite principalmente a micro, pequeñas y medianas empresas, el adelanto del pago de las cuentas por cobrar para recibir el dinero antes de las fechas de pago negociadas con los clientes. Este proceso está acompañado del avance en los procedimientos digitales y la consolidación de la factura electrónica, logrando que el empresario, en el proceso de factoring, en muy poco tiempo, pueda “vender” su factura recibiendo el dinero el mismo día y así tener liquidez para diversos procesos de la empresa.
A pesar de este importante avance y herramienta que en gran medida soluciona los problemas de caja para los pequeños empresarios, aún hay varios obstáculos que han impedido su consolidación en Colombia; desde el desconocimiento de la opción, el rechazo por parte de algunos receptores y pagadores de las facturas, hasta procesos regulatorios que que deben consolidarse. Brindar todas las facilidades para que esto sea una realidad debe ser un compromiso con los empresarios y así habilitar muchas líneas de supervivencia para el ecosistema empresarial colombiano.
En Colombia hay un importante reto en materia de la aplicación del Factoring, en gran medida por desconocimiento del producto. La DIAN indica que solamente un 1% del factoring ha tenido penetración en Colombia y de acuerdo al Conpes 4005 del 2020, un 76% de los emprendedores desconocen esta herramienta. En países como Chile en donde se implementó la facturación electrónica y posteriormente la factura como título valor, el mercado del factoring se multiplicó por 7. Aquí se espera que haya por lo menos un crecimiento de 5X en los próximos 5 años de operación.
Así, se hacen necesarios espacios de difusión de esta importante posibilidad para todos los actores que hacen parte de la cadena y de las empresas que prestarán este servicio para acercarse a los microempresarios y emprendedores que necesitan liquidez.
Para este proceso no solo las entidades bancarias tradicionales están habilitadas para prestar factoring. Desde nuevas industrias, las empresas de tecnología y las Fintech emergen en este escenario con ofertas de este servicio financiero. Además, muchas de estas deben hacerlo desde el plano digital para ofrecer agilidad en el trámite y ser oportunas cuando las pequeñas empresas lo necesitan.
Por otra parte, una pieza clave en este rompecabezas es el Radian de la Dian, cuya regulación se expidió en abril y mayo de este año, el cual debe implementarse por completo para que algunos obstáculos sean superados. Por un lado, con su reglamentación las empresas podrán acceder ágilmente al anticipo de sus facturas, y por el otro, los clientes y a su vez pagadores, podrán comprobar que una empresa es un prestador de factoring seguro e inscribirlo como proveedor, sin poder evadir la responsabilidad de que sus proveedores puedan negociar sus facturas con esas plataformas especializadas. De esta manera varios procesos se facilitarán para generar mejores beneficios para el ecosistema emprendedor.
Así, es clave poder avanzar en los próximos meses en la consolidación de esta opción de financiación para emprendedores, microempresarios y organizaciones que buscan sostener su operación. Para fortalecer el camino de la reactivación económica se debe entender el papel que juegan estos actores en el ecosistema y propender por facilitar herramientas que los beneficien. Para el sector empresarial y todos sus subsectores es una buena noticia la diversificación de alternativas para garantizar la prosperidad de los negocios.
Por todo lo anterior, y entendiendo los desafíos del tejido empresarial colombiano, desde Cadena reconocemos y apoyamos el importante avance que hay en temas de facturación electrónica y creemos que importantes herramientas como Radian permitirán que desde el sector privado podamos brindar ese apoyo a los emprendedores y pequeños empresarios del país. Como compañía tenemos un compromiso con la transformación digital del ecosistema empresarial para ofrecer soluciones con herramientas tecnológicas y el apoyo a las redes de financiación que permitan avanzar en la consolidación de los negocios en Colombia.