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Muchas familias apenas comienzan a regresar del periodo de vacaciones, época que aprovechan para viajar, descansar y muchos se aventuran a conocer sitios nuevos en Colombia; estos gratos momentos que se viven, algunas veces se ven empañados por los notorios problemas que tenemos en materia de turismo, a los cuales no se les ha prestado la suficiente atención.
El primer problema al transitar por una carretera son los enormes trancones que ocasionan los peajes no automatizados; el sistema de cobro en Colombia era el que tenían algunos países en los años 50: una persona paga en efectivo y un empleado le da un papelito de recibo que demuestra el cobro; hace décadas los demás países abandonaron este obsoleto método, pero sin alguna razón creíble, en el país el conductor no tiene más remedio que aguantar el trancón y pagar por pasar una vía de dos carriles y muchas veces en mal estado.
El siguiente problema con el que se encuentra el turista es la falta de profesionalización en la atención, la cual se ve reflejada en dos temas: la falta de bilingüismo y la mala atención. Según el portal “Valora analitik” Colombia, en el más reciente estudio de bilingüismo se encuentra entre bajo y muy bajo, en el número 77 de 100 países evaluados y de 17 en Latinoamérica.
Esto no solo representa un atraso a nivel mundial en nivel de competitividad, sino que se vuelve un verdadero obstáculo para la atención del turista. Sumado a lo anterior la mala atención se ve reflejada en la famosa “malicia indígena” y es la fuerte tentación de aprovecharse del extranjero y las ya conocidas historias de servicios de taxis, restaurantes y bares en donde los precios exorbitantes se vuelven noticia nacional.
El último tema para resolver es la falta de una marca país poderosa, como la tienen México o Australia. En cada rincón de cada uno de ellos hay unidad de marca, hay planes y hay misticismo. Colombia es infinitamente rica en paraísos naturales, paisajes exóticos y folclor. Se debe saber desarrollar, el mohán, la pata sola, el hombre caimán y todos estos mitos y leyendas que se encuentran en cada rincón del país. Estos deben volverse un tema para explorar y dotar de realismo mágico el turismo del país. Países como Méjico volvieron plan de turismo internacional la tradición arraigada que tienen con la muerte, sus desfiles, ritos, etc. Les dejan millones de visitantes y millones de ingresos.
Por lo tanto, la reactivación del turismo debe venir por un aporte básico del Estado en: capacitación, seguridad, imagen y un mínimo desarrollo de infraestructura; no es justo llegar a un destino lleno de papelitos pequeños que solo recuerdan los trancones.
Un país en relativa calma abrió la confianza a que vinieran de nuevo extranjeros; por ello recorrer Colombia debe ser el plan del futuro; esperamos que el misticismo, las buenas vías y sobre todo las buenas costumbres en el trato al foráneo sean las principales características de un país inigualable en folclor y diversidad.