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Hablando sobre la vida con un amigo que próximamente va a cumplir los 60 años, le pregunté sobre cuáles serían los consejos que le daría a él mismo si estuviera joven; me contestó: no te obnubiles por los éxitos económicos, pues son pasajeros, ahorra para la vejez y cotiza pensión, pues cuando menos te lo esperes estarás con arrugas y la necesitarás.
En Colombia el aporte a las pensiones es obligatorio para todo trabajador, sin importar el sistema al cual se afilie. Para obtenerla deberán tener cotizadas 1.300 semanas y tener la edad de 57 años las mujeres y los hombres 62; el valor de la pensión dependerá de la base del salario sobre la cual coticen.
Es recurrente en las nuevas generaciones señalar que no vale la pena cotizar para la pensión, pues ellos no la gozarán. También se oye decir que es mejor vivir el momento, pues no se sabe cuándo se vaya a morir. Y la mayoría de los jóvenes se pregunta: ¿para qué cotizar si se puede hacer inversiones que garanticen un mejor futuro?
El primer argumento a favor de las pensiones señala que cada vez las personas viven más y a plenitud; el promedio de vida se ha duplicado en los últimos 50 años; pero a pesar de la mayor calidad en la salud de la tercera edad, las canas hay que respetarlas y la capacidad de generación de trabajo es muy distinta a la de la juventud; por lo tanto es más probable que un joven viva hasta los 75 a que muera súbitamente, y necesitará de un ingreso básico mensual en su vejez para garantizar su sostenimiento.
Además, asegurar la vejez se hace necesario con el comportamiento de las familias; en el siglo XX el promedio de hijos podía llegar a cinco o más; actualmente en Colombia es del 1,8 según la ONU. Por esto, pensar que la familia será un apoyo es utópico; así, el problema de la vejez cada uno debe solucionarlo por su cuenta.
¿Debe ser obligatorio, por tanto, el aporte? Hoy parece imposible que no lo sea, pues los pagos mensuales de los trabajadores, en parte sostienen las pensiones de la gente mayor.
El ser sostenido por el Estado, no debe ser un derecho fundamental; más bien se debería empezar a enseñar a los ciudadanos a ser responsables de sus decisiones y a mirar a largo plazo.
Colombia es famosa por sus derechos, pero olvida con facilidad sus deberes, por ello una parte de su población cree tener derecho a que los demás los mantengan o el Estado, que viene a ser lo mismo.
Los especialistas señalan que en la vejez se gastará entre el 60% y el 70% del sueldo en los gastos mensuales; es por esto por lo que a mejor ahorro programado para la vejez, mejores condiciones y mientras más joven se comience más barato será el modelo pues aquí aplica el viejo adagio: el tiempo es dinero.
Mi amigo tenía razón, la juventud pasa y a pesar de sus emociones se debe pensar en el futuro y en la vejez; el gozar de un buen retiro dependerá exclusivamente de cada uno; así se formarán ciudadanos más responsables y se dejará paulatinamente al Estado como intermediario hasta de las canas, que llegarán ineludiblemente a todos con el tiempo.