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Tribuna Universitaria 09/02/2024

Los estudiantes eternos

Juan Manuel Nieves R.
Estudiante de Comunicación Política
JUAN MANUEL NIEVES

La educación pública es un derecho fundamental que el Estado debe garantizar a todos los ciudadanos, independientemente de su condición social, económica o cultural, según lo establecido en la Carta Política. Sin embargo, este derecho conlleva también una responsabilidad por parte de sus beneficiarios, quienes deben aprovechar las oportunidades ofrecidas y cumplir con sus deberes académicos.

Lamentablemente, en Colombia se ha detectado un fenómeno preocupante que afecta a la educación superior pública: el de los estudiantes eternos. Estos son individuos que permanecen matriculados en una misma carrera muchos semestres, sin lograr graduarse ni avanzar significativamente en su formación. Según el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, hay más de 2.000 estudiantes en esta situación solo en la Universidad de Antioquia, siendo el caso más extremo el de un alumno que lleva 39 semestres, es decir, casi 20 años en la universidad.

Este hecho no solo representa un desperdicio de recursos públicos, estimados en más de $138.000 millones; los cuales podrían invertirse para mejorar la calidad y la cobertura de la educación, sino que también constituye una falta de respeto hacia los miles de jóvenes que aspiran a ingresar a la universidad y no encuentran cupo. Además, genera sospechas sobre las verdaderas motivaciones de estos estudiantes eternos, quienes podrían estar utilizando la universidad como escenario para otras actividades, incluso ilícitas, bajo el pretexto de estudiar.

Algunos estudiantes argumentan que la difícil situación económica les impide tomar más créditos y acelerar su proceso académico. Sin embargo, esta excusa carece de validez, pues existen programas de apoyo financiero, becas y créditos disponibles que pueden facilitar el acceso y la permanencia a la universidad. Además, la institución ofrece una amplia variedad de carreras, modalidades y horarios a los cuales pueden ajustarse.

Por lo tanto, no es sostenible mantener a alumnos que superan los 14 semestres en la universidad, ya que no existe suficiente justificación para sostener a estudiantes eternos, cuya prolongada permanencia podría ocultar actividades de protesta o incluso de insurgencia en su entorno. No se trata de estigmatizar a los estudiantes perezosos, sino de implementar un mejor control en las universidades públicas para garantizar el cumplimiento de los requisitos académicos y el respeto de los plazos establecidos para cada programa.

De esta manera, se abriría la puerta a nuevos estudiantes que desean acceder a la educación superior pública y se recompensaría a aquellos que se esfuerzan por completar sus estudios en el tiempo estipulado. Asimismo, se podría invertir de manera más eficiente el dinero público destinado a la educación, con el fin de mejorar la infraestructura, el equipamiento, la investigación y la calidad del cuerpo docente.

La solicitud del gobernador de Antioquia de revisar la situación de los estudiantes que llevan más de 14 semestres matriculados en la universidad es una medida necesaria para proteger los intereses de la sociedad en su conjunto.

La educación pública es un derecho, pero también una responsabilidad. No podemos permitir que se convierta en un privilegio para unos pocos que abusan de él y lo desvirtúan. Es hora de poner fin al problema de los estudiantes eternos y de fortalecer la educación superior pública como un motor de desarrollo, equidad y transformación.

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