TRIBUNA UNIVERSITARIA 21/03/2025

Tambores de guerra

Juan Manuel Nieves R.
Estudiante de Comunicación Política
JUAN MANUEL NIEVES

La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Usaid, ha sido históricamente un pilar fundamental en la financiación de programas de desarrollo y ayuda humanitaria a nivel global. En 2023, su presupuesto anual ascendió a aproximadamente US$42.800 millones, representando 42% de la ayuda humanitaria distribuida en todo el mundo. Sin embargo, la reciente decisión de la administración Trump de eliminar 83% de los programas gestionados por Usaid ha tenido consecuencias graves en áreas como la salud, la educación y la gestión de crisis humanitarias, dejando a millones de personas en situación de vulnerabilidad ya más de 10.000 ONG sin recursos.

Paralelamente, la percepción de amenazas globales ha llevado a un aumento significativo en los presupuestos de defensa de varias naciones. En Europa, la Comisión Europea ha propuesto un plan de inversión en defensa de 800.000 millones de euros, alejándose de la era de austeridad y reflejando la urgencia de reforzar la seguridad ante amenazas como la postura agresiva de Rusia. Alemania ha decidido adquirir 120 misiles Patriot PAC-3 MSE por 763,5 millones de euros, como parte de un plan de modernización que incluye una inversión total de 100.000 millones de euros en defensa, infraestructuras y medioambiente. China mantiene un aumento del gasto en defensa de 7,2% del PIB, con el objetivo de desarrollar un ejército más expansivo. Japón y Taiwán también han incrementado su gasto militar en un 11% en el último año.

La Primera Guerra Mundial estuvo marcada por un nacionalismo exacerbado, alianzas militares rígidas, una intensa carrera armamentista y disputas territoriales que, en un contexto de desconfianza mutua, terminaron por detonar el conflicto. La Segunda Guerra Mundial, en cambio, tuvo entre sus factores determinantes el expansionismo agresivo de ciertas potencias, crisis económicas profundas y la consolidación de regímenes totalitarios que encontraron en la guerra una vía para expandir su influencia.

Hoy en día, hay similitudes; El nacionalismo y las tensiones territoriales existen en regiones como España, Francia, Hungría, Italia, Taiwán y Ucrania. A su vez, el aumento sostenido en los gastos de defensa sugiere una nueva carrera armamentista, registrando el peligroso equilibrio previo a la Primera Guerra Mundial. Finalmente, la formación de alianzas estratégicas y la polarización entre potencias como Estados Unidos, China y Rusia evocan los bloques geopolíticos que precedieron a ambos conflictos globales. Además, el conflicto en Medio Oriente continúa con la posibilidad de escalar a más países como Irán.

La desfinanciación de programas sociales a nivel global ha resultado en más de tres millones de niños sin acceso a educación y más de cinco millones de personas sin empleo. Esta crisis humanitaria venidera, lejos de encontrar soluciones a través de la cooperación internacional, se ve agravada por el rompimiento de relaciones económicas entre países y el creciente aislamiento de estos.

En paralelo, mientras millones de personas caen en la pobreza, los presupuestos de defensa alcanzan niveles récord, reflejando una peligrosa tendencia a privilegiar el gasto militar sobre la inversión en bienestar social. La combinación de crisis humanitaria, fracturas diplomáticas y una acelerada carrera armamentista hace que los tambores de guerra resuenen con más fuerza, registrando los errores del pasado y anunciando un futuro incierto para la estabilidad global. Todo conflicto es evitable, pero las condiciones para evitarlo no parecen estar gestando. Es fundamental confiar en la razón y, sobre todo, en la capacidad de la humanidad para pensar en el bienestar de todos.